Queridos Reyes Magos:
Sé que hace muchos años que nadie os escribe una carta por mi..... Pensé que os habíais olvidado de que existo, pero ya veo que no.
Aquellos primeros años ¡ fueron tan buenos!. En mi casa, con mi familia..... Días de juegos, tardes de compañía en el sofá. Todo era motivo de alegría: la lluvia, el viento, cuando nos acompañaba en nuestros paseos por el campo. La nieve, siempre origen de juegos, el verano con más tiempo para disfrutar en familia..... ¡¡ Y Navidad !!. Con todos reunidos alrededor de ese árbol que siempre adornaban.... y que yo algunas veces me encargada de "redecorar". Y luego, la ilusión del día de Reyes..... un collar, unas chuches, un abrigo, una pelota.......
Luego poco a poco se fueron olvidando de mí. Yo a veces pensaba que no eran ellos, mi familia.... que ellos sí que se acordaban de escribir la carta, pero que no os llegaba, o que teníais mucho trabajo, o.... que me había portado mal y no merecía mi regalo.
Fueron muchos años de pensar que no era un buen perro, y por eso ellos se habían alejado de mí. Muchos años intentando adivinar sus deseos, adelantarme a sus órdenes, no molestar, no ladrar.... esperar pacientemente a que les sobrara una caricia.
Y hace una semana...... pensé que algo muy, muy malo había hecho para que ellos me dejaran en una perrera. Tan fria, tan húmeda, con tantos compañeros como yo, tristes, asustados, preguntándonos qué habiamos hecho mal..... Pero por mucho que lo pensaba no entendía por qué. Tumbado en el cemento, tiritando, sin poder comer aquella comida tan dura..... deseé haber prestado más atención cuando era joven y haber aprendido a escribiros una carta.... Una carta en la que os pudiera pedir que ellos me perdonaran y volvieran a buscarme....
Ahora sé que no hace falta saber escribir para que os lleguen nuestros deseos. Y que, siempre, aunque nosotros os pidamos una cosa, vosotros siempre elegís el mejor regalo, y que trabajais todos los días, no sólo el día 5 de enero..... También sé, porque me lo han susurrado al oido, entre caricias y besos, que no soy un mal perro, que no hice nada malo... que los que fallaron fueron mis dueños.
Soy ya muy viejo, no sé si el año que viene podré escribiros una carta, o si alguien lo hará por mí. Así que no voy a esperar para deciros:
Queridos Reyes Magos ¡¡¡ Gracias !!!. Por este nuevo hogar, por mi manta suavecita, por el abrigo azul que me han comprado, por la comida blandita y sabrosa...... hasta por esos dos pinchazos que han dolido, pero sé que son para que me encuentre mejor. Gracias por mis nuevos compañeros, por la terraza al sol, porque me vuelvo a sentir querido....
¡¡¡ Que tengáis una buena noche !! ( Mi mami os ha dejado unas galletas muy ricas por si tenéis algo de hambre esta noche, y ya me voy a encargar yo de que no se las coman mis compañeros).
Winston ( antes Willborg)