Revista Opinión

Queridos Reyes Majos

Publicado el 06 enero 2014 por Carmentxu

Queridos Reyes Majos,
El año se me ha echado encima como una losa y llego tarde, pero pienso que, como sois magos, esto no ha de suponer ningún problema a la hora de recibir mis peticiones para este año. Para mí, solo quiero una cosa que, años ha, había maldecido: trabajo. Seguir remando, con fuerza, como si no existiera ningún temporal.
El resto de deseos se resume en una: justicia. La consecución de este deseo acabaría de un plumazo con todo aquello que ha devastado, y sigue haciéndolo, la vida de cientos de miles, millones, de personas que ahogan sus penas en silencio, por voluntad propia y también silenciadas por un poder mediático regido por el corta-pega de declaraciones oficiales que son credo, un acto de fe en unas sagradas escrituras prefabricadas al dictado por gabinetes de comunicación.

¡Es niña! Ilustración: Chappatté

¡Es niña! Ilustración: Chappatté

Con justicia acabarían en papel mojado, ni siquiera servirían para pasta de papel, la infame reforma laboral que ha usurpado el derecho de los trabajadores a la dignidad tras décadas de lucha y sacrificio; la vergonzosa LOMCE, que cuenta con el rechazo frontal de padres, profesores y alumnos y que encumbra a categoría de ciencia la religión, cuando solo es un arma del poder establecido para mantener bajo el yugo a los ignorantes y crédulos y convertirles en ejército obediente. También habría sanidad universal, gratuita y de calidad para todos. El concepto de inmigrante ilegal desaparecería: es un oximoron. Todos somos inmigrantes y estamos aquí de alquiler.
En un mundo justo, las buenas personas tendrían capacidad de decisión frente a políticos, banqueros y empresarios corruptos que venden a sus madres a cambio de rentabilidad a corto plazo. Los hombres y mujeres de bien amarían a sus niños y, por ello, les educarían en lugar de aborregarlos para que sean futuros esclavos. No habría hambre en el mundo, un deseo que comparto con las mises, por la sencilla razón de que la Tierra es capaz de producir suficiente comida para todos y aguantar los años de malas cosechas. Es la especulación la que mata de hambre, sed y enfermedades con remedio, pero no allí. No habría guerras porque el diálogo sería el arma de destrucción masiva contra el tráfico de armas y las mafias que lo alimentan y se alimentan de él.
En un mundo justo no habría desahucios porque las personas tendrían un trabajo digno, con un salario digno con el que pagar su casa y todo aquello que necesitaran.
Tampoco seríamos la vergüenza de Europa, con esta vuelta al pasado más rancio de nuestra reciente historia, con la repugnante ley del aborto, tan vomitiva como sus ideólogos.
En un mundo justo, nos dejaríamos de reyes magos, también de los campechanos, y tendríamos Reyes Majos, personas que creen en algo y actúan siguiendo su estrella. Feliz día de Reyes.


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