¡Buenas!
En esta ocasión venimos con una receta muy fácil, rápida y sencilla pero no por ello menos rica, porque está increíble.
Lo único que necesitaremos: unas tortillas de trigo o de maíz, un buen queso, espinacas frescas y unos frutos secos.
Lo importante es usar unos productos de calidad. En mi caso usé un queso curado insuperable, se trata de un queso curado de oveja de la Quesería La Antigua de Fuente Saúco que está aderezado con brandy: una pasada de sabor y textura, os animo a que lo probéis.
Respecto a las quesadillas mexicanas existe una gran controversia respecto a si llegan sólo queso o no: hay gente, que defiende que tiene que ser así y otras que dicen que admite cualquier ingrediente pero que eso sí, no debe faltar el queso.
Sea como sea, es una delicia y un plato que se puede preparar fácilmente. Así que sin más, ¡vamos al lío!
- INGREDIENTES:
–Tortillas de trigo
–Espinacas frescas suficientes
-Un trozo de queso de calidad semicurado o curado preferiblemente (en mi caso usé queso de oveja al brandy)
-Un poco de leche (puede ser vegetal, es sólo para hacer una crema de queso curado)
–Frutos secos (en mi caso anacardos, pero puede ser nueces, pistachos, avellanas…)
-Un puñado de champiñones
- ELABORACIÓN
- Lo primero es elaborar nuestra crema de queso si es que usamos un queso semicurado o curado, es decir, si está duro y no derretirá fácilmente. (Si usamos uno cremoso o fresco saltamos este paso). Cortamos el queso en daditos y ponemos un cazo con un poco de leche a calentar (fuego lento). Mezclamos y siempre sin que llegue a hervir removemos hasta que se integren perfectamente. Lo ideal es hacerlo fuera del fuego si vemos que está subiendo demasiado la temperatura.
- En la sartén echamos un chorrito de AOVE y vamos añadiendo las espinacas frescas. Al principio parecerán muchas pero luego se quedarán en nada, así que echa bastantes porque bajarán mucho. Una vez hayan bajado añadimos los champiñones y salteamos un poco. Añadimos la crema de queso y frutos secos ligeramente picados.
- Por último, ponemos una sartén (la más antiadherente que tengamos) a fuego medio. Y vamos tostando nuestras tortillas. Cuando doremos por una cara, damos vuelta y ya podemos ir añadiendo nuestro relleno. Cuando esté doradita la tortilla retiramos del fuego y a disfrutar. (Hay que tener cuidado que no se dore mucho o se enfríe antes de doblarla porque si ocurre esto costará mucho dobladarla y se partirá, sobre todo si usamos tortillas de trigo; la de maíz es más flexible).
Esperamos que os haya gustado y que os haya servido para inspiraros en el maravilloso mundo de las quesadillas
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¡Un abrazo enorme!