Quesería Los Corrales, Almedíjar

Lo prometido es deuda. Después de contaros la visita a Bodegas Alcovi, os emplazamos al siguiente post (este mismo que ahora estáis leyendo) para hablaros de los quesos que allí pudimos catar, de la mano de una fantástica profesional: Mª Jesús, de Quesería Artesana Los Corrales.

Esta es nuestra reseña de esa parte de la cata, y desde aquí aprovechamos para felicitar a Maite, Ángel y los trabajadores del obrador por su buen hacer en esta Quesería.

Has oído decir:

Que no te la den con queso?

Antiguamente, era el buen consejo que se le daba a quien iba a comprar vino, ya que el queso desvirtúa los sabores del caldo, haciendo que gente con mala fe pudiera fácilmente endosarte un vino malo como si fuera el mejor de los mejores… En esta cata (y en el más puro sentido literal) nos la dieron con queso, aunque el queso quitaba el sentido y el maridaje para los seis tipos de producto artesanal de Los Corrales se realizó con vino blanco.

Quesería Los Corrales es una pequeña empresa, que elabora artesanalmente sus productos. Para ello, utiliza leche de cabra y de oveja de la zona (Sot de Ferrer y Soneja). Antiguamente solamente manufacturaban los quesos con leche cruda (se trabajaba con ella directamente del ordeño, sin darle ningún tipo de tratamiento), pero hoy en día dos de los seis quesos que elaboran se hacen con leche pasteurizada (se sube la temperatura a 63 grados), lo que consigue que su sabor sea menos fuerte.

Para la cata, nos pusieron delante a cada comensal su plato con una muestra de cada uno de los quesos. Había que colocarlo de modo que -imaginando que fuera un reloj- el más suave marcara las 12. Cataríamos siguiendo el sentido de las agujas del reloj.

Foto cedida por: Elia Costa

Y antes de empezar, tuvimos una advertencia: podíamos comer tranquilamente las cortezas, porque son completamente naturales. Solamente se embadurnan los quesos con aceite de oliva cada 15 días… Lo único a tener en cuenta es que la corteza tiene un sabor mucho más intenso, debido a que es ahí donde están los mohos… nada más! Creo que nadie dejó una miga de queso en el plato.

Así teníamos:

1. Primero uno joven: el “Suave de Oveja“, cremoso y suave.
2. En segundo lugar: “Majadales“, el queso más joven de la quesería, cuya corteza está hecha de pimentón y aceite de oliva.
3. Después “Tronchón“, el queso de los pastores. La forma de la cazoleta hace que pierda la humedad, lo que ayuda a que se pueda llevar en los zurrones y se mantenga en perfecto estado.
4. En cuarto puesto, probamos el “Extramuros“, parecido a un queso manchego, pero que tiende a ser mantecoso y no tan reseco como suelen ser los manchegos. Se puede tomar como postre, con membrillo o mermelada.
5. En penúltimo lugar, “Espadán“, un queso de autor con receta propia, en el que se consiguen unos matices que lo hacen especial y donde para conseguir esos matices juega un papel fundamental el entorno, incluida el agua que beben los animales.
6. Para terminar, “Peña Blanca“, también elaborado con cuajada láctica, como el anterior (los dos últimos son los más fuertes). Este queso es muy especial. Hay quien lo prueba y le encanta y hay quien lo prueba y no quiere seguir comiendo… Pero hay que decir que las ovejas con las que se elabora este queso son autóctonas.

Foto cedida por: Elia Costa

No puedo explicar con palabras lo que supone para el sentido del gusto y el olfato asistir a una cata con productos artesanos de tanta calidad. Se escucharon comentarios como

Se me van a saltar las lágrimas…

o

Madre mía! Y ahora la comida… pero no puedo renunciar a esto…

Y creo que con eso, está todo más que dicho.

Una vez finalizada la cata, pudimos comprar tranquilamente cada uno lo que le pareció llevarse para casa y en un agradable paseo por el pueblo, en uno de los últimos cálidos días de sol otoñal, fuimos aterrizando en el bar de Almedíjar, donde comimos los platos típicos del pueblo.

Gracias una vez más a Bodegas Alcovi y Quesería Los Corrales por darnos a conocer estos manjares, por su hospitalidad y amabilidad!