Revista Cocina
Siempre he tenido curiosidad por saber qué resultados obtendría en casa al elaborar mi propio queso en aceite, un bocado que siempre me ha resutlado delicioso. Y este verano he tenido la ocasión de estrenarme utilizando, para ello, uno de los mejores aceites que hay en el mercado: el aceite de oliva virgen extra Casas de Hualdo. Con DOP Montes de Toledo, Casas de Hualdo produce cuatro variedades de aceite: arbequina, picual, cornicabra y manzanilla.
Cualquiera de ellos habría sido adecuado para marinar el queso que adorna la entrada, cada uno de ellos le habría aportado matices distintos, pero yo me decanté por utilizar el aceite de oliva virgen extra de la variedad arbequina. Delicado y muy aromático, este aceite otorga al queso, junto con el romero, un sabor ligeramente dulce y muy sutil que resulta delicioso en boca.
El queso en aceite no es sólo un manjar, sino una antiquísima forma de conservación utilizada desde tiempos inmemoriales por quienes poseían ganado y producían queso. Con la técnica del marinado en aceite, conseguían conservarlo más tiempo en perfectas condiciones. Un plus a tener en cuenta es que las cualidades organilépticas del queso se acentúan, ganando así en sabor y aromas, fuertes y potentes. Cómo hacer queso en aceite
La elaboración de este queso en aceite es muy sencilla. Estará listo en cero coma, pero tiene truco. Y es que necesitará de un largo tiempo de reposo para poder ser degustado en su máximo esplendor. Si sois capaces de sucumbir a la tentación de abrir el bote antes de tiempo, disfrutaréis de la recompensa y os lo agradeceréis a vosotros mismos.
Para hacer queso en aceite sólo necesitamos dos ingredientes: un buen queso y un buen aceite. Ya sabéis que siempre recomiendo usar la mejor materia prima disponible y, en este caso, este aspecto es primordial.
Mi recomendación es que uséis queso de media curación manchego de calidad superior, medio kilo será suficiente (es posible que, incluso, os sobre algo) y medio litro de AOVE. A estos ingredientes principales les sumaremos unas ramas de romero fresco y un bote de cristal de boca ancha con cierre hermético. El tamaño del bote determinará las cantidades de queso y aceite a utilizar, así que ajustad las que os he indicado según vuestras necesidades.
Retiramos la corteza del queso y lo cortamos en lingotes, en dados o lo dejamos en un trozo. Esto va al gusto. Colocamos el queso dentro del bote junto con el romero y lo cubrimos con el aceite de oliva virgen extra. Cerramos el bote y lo dejamos marinar en un lugar oscuro y fresco (puede ser la nevera o la despensa). A partir de 2 meses el queso se habrá impregnado de los matices del aceite y el romero, adquiriendo un carácter propio y ganando en categoría y calidad.
Esta receta de queso en aceite, se puede elaborar con el queso que prefiráis, así como con el aceite de vuestro gusto. Sea como fuere, asguráos (insisto de nuevo) de elegir productos de buena calidad. Si queréis degustar el queso antes de los dos meses propuestos, adelante y sin problema. Los matices y sabores del mismo serán diferentes, pero estará igualmente delicioso.