No sé si lo recordaréis, pero hace un tiempo que hice una quiche (de puerros y queso brie) y me quedó un poco rara porque no tenía el molde adecuado. Pues seguimos sin recipiente óptimo, pero hacemos quiches muy muy ricas, como esta, que aunque no lo parezca está hecha con lo que nos quedaba en la nevera antes de irnos de viaje...
¡A por ella!
Ingredientes:
1 lámina de masa brisa
3 huevos
200 ml de nata
media calabaza pequeña
150 gr de queso gouda (o cualquier otro)
sal
pimienta
aceite de oliva
Preparación:
1. Primero, vamos a asar la calabaza. Para ello, limpia, pela y corta en cuadraditos la calabaza y coloca en un recipiente apto para el horno. Riega con un chorrito de aceite de oliva (unas dos cucharadas), añade sal y pimienta y remueve. Hornea a 180º durante unos 20 minutos.
2. En el vaso de la batidora, coloca los tres huevos y la nata, salpimenta y bate hasta conseguir una mezcla homogéna.
3. Añade el queso cortado en trocitos y la calabaza asada y mezcla bien con una cuchara.
4. Forramos un molde (a ser posible bajo y redondo) con la lámina de masa brisa. Aprovecha el papel en el que viene empaquetada para que no se pegue al molde y no sea necesario engrasarlo. Pincha toda la superficie (bordes incluidos) y hornea a 180º durante 15 minutos.
5. Añade la mezcla de nata, huevos, calabaza y queso y hornea durante otros 20 minutos.
¡Que aproveche!
* Si quieres hacer la masa brisa casera, puedes seguir las instrucciones aquí.