Marta y Laura son mis dos pinches de cocina, dos mellizas de nueve añitos muy diferentes entre sí. No sólo son diferentes físicamente, pues salvo en el color de los ojos (azules) y en que ambas tiene la piel muy blanquita, no se parecen demasiado. También tienen un carácter muy distinto y, sus gustos culinarios no coinciden para nada. En el caso de Marta, es complicado encontrar comidas que le gusten realmente. A Marta, al igual que a la mayoría de los niños le chiflan los huevos fritos con patatas fritas, las hamburguesas, bistecs con patatas fritas, el arroz a la cubana…y pocas cosas más. Bueno, sí, aunque parezca mentira, es una apasionada del salmón, ya sea ahumado o fresco. A Laura, por el contrario, le encanta comer y hay muy pocos platos que se le resistan. La quiche es uno de los que no soporta. Su “odio” hacia este plato empezó hace algunos meses, cuando pilló un virus en el colegio de esos que te hacen echar hasta la primera papilla. La primera vomitona justo coincidió después de haber cenado quiche. Desde entonces, no lo quiere ver ni en pintura. Da igual qué ingredientes lleve, si se llama quiche, Laura ni tan siquiera lo prueba. Por el contrario, a Marta le encanta, y quizá le gusta un poco más desde que sabe que su hermana lo odia. Para los que me seguís habitualmente, sabéis que suelo preparar quiches con mucha frecuencia, precisamente porque sé que cuando lo preparo, mi pinche menos comedora, se pone las botas y, en este caso, más, porque el que hoy os traigo lleva salmón ahumado como ingrediente principal.
Ingredientes
- 2 puerros
- 200 gramos de salmón ahumado
- 300 ml. de leche evaporada
- 4 huevos
- Aceite de oliva
- sal
Sabremos que está listo cuando pinchemos con un palillo de madera en el centro de la quiche y éste salga limpio. Retiramos del horno, dejamos templar y servimos. ¡Buen provecho!