¿Quién es el desagradecido?

Algún grado de desagradecimiento hay. Es difícil decirlo porque tengo un aprecio personal con él, pero tendría que haber actuado de otra forma”

Así opinó el presidente de Estudiantes, Filipas, sobre la reciente salida de Sabella. Hay varias versiones, todas sin confirmar, de por qué Sabella se fue de Estudiantes. Refuerzos que no llegaron, refuerzos que llegaron y él no quería, dirigentes, representantes, jugadores… Nada concreto. Sólo Sabella sabe el motivo y parece difícil que, por su manejo y personalidad, vaya a revelarlo en algún momento.

Eligió mal el momento, a poco más de una semana del inicio del campeonato. Hizo toda la pretemporada en base a una idea, y ahora el Pincha tendrá que reacomodarse a todo un plan nuevo que traerá el nuevo entrenador. Sorprende porque días atrás había intervenido para que Enzo Pérez no se fuera con la Selección, por lo que en ese momento no tenía la idea definida. Salida inoportuna, cuando por delante aparecen Copa y campeonato.

Pero si algo no se le puede enrostrar es desagradecimiento. Sabella tomó a Estudiantes en lo que fue su primera experiencia como entrenador, en uno de los momentos más calientes de los últimos tiempos, cuando Astrada había perdido el rumbo. Reparó las fisuras del conjunto y lo llevó directo a la consecución de la Libertadores 2009. En el segundo semestre de 2010, se fueron piezas como Angeleri, Sosa y Boselli, pero no se reforzaron con cartas de la misma jerarquía. No llegaron los delanteros que pidió, y Rodrigo López, además de no ser el punta que pidió, llegó averiado y casi no pudo jugar -aunque marcó un gol clave-. Se la bancó. Igual salió campeón, tras haber logrado un subcampeonato en la primera parte del año. Dos títulos en dos años y la creación de un equipo que siempre mantuvo una línea sólida y concreta. Muy desagradecido.