"Los sabios antiguos (de todos los tiempos) poseían una sabiduría sutil y un entendimiento profundo.
Tan profundo, que no podían ser entendidos (ya que los seres del mundo, mayoritariamente, se movían y se mueven en un plano muy superficial).
Y porque no podían ser entendidos
debe describírselos en la siguiente forma:
cautelosos, cual si cruzaran un torrente invernal;
irresolutos, como cuando se actúa como huésped;
delebles, como hielo que comienza a derretirse;
genuinos, como un trozo desnudo de madera;
liberales, como un valle;
serenos, como aguas lóbregas.
¿Quién puede encontrar reposo en un mundo barroso? (el mundo, desde hace miles de años)
Permaneciendo quieto, se hace la claridad.
¿Quien puede mantener la calma largo tiempo?
Por la actividad se vuelve a la vida.
Aquel que abrace al Tao (Verdad, Dios, Unidad Suprema, Energía, Sat-chit-Ananda...)
Se cuida (no se fía) de los deseos (y se cuida de las trampas del yo),
y porque se cuida (no se fía) de los deseos (y se cuida de las trampas del yo),
y porque se cuida de los deseos (y del yo),
se coloca más allá de la destrucción y la renovación".
Lao Tsé, Tao Te King, XX