En Italia, el Movimiento 5 Stelle (M5S) amenaza a los diputados y senadores que no han denunciado la falta de propuestas reales. El triunfo electoral de Beppe Grillo con un 25’54 % frente al 25,41 del Partido Democrático o al 21,56 % del PDL de Berlusconi hace temer lo peor a los políticos tradicionales que temen perder sus privilegios. El hecho es que ninguna coalición puede gobernar sin la otra o sin negociar con en el M5S. Este se basa en las ideas de un conglomerado de amas de casa, profesores, desempleados, viejos y jóvenes, profesionales liberales y de muchos más que sustituyen a los políticos tradicionales. Pero ¿cómo negociar con quienes representan la demanda popular de que “se vayan todos”? Es la pregunta que Manuel Castells se hace en un artículo de La Vanguardia.
“No es cierto que este M5S no tenga propuestas –contesta este sociólogo y profesor universitario, catedrático de Sociología y de Urbanismo en la Universidad de California en Berkeley, así como director del Internet Interdisciplinary Institute en la Universidad Abierta de Cataluña–. Lo que ocurre es que son consideradas inviables por las fuerzas políticas y las élites económicas que han gobernado hasta este momento. Grillo propone salir del euro, intervenir la banca, dar prioridad a la conservación ecológica en todos los ámbitos, rechazar la intromisión de Merkel en la política italiana, reducir en 70% los sueldos de los políticos (sus electos ya lo hacen en Sicilia donándolo para microcréditos), cambiar la ley electoral para hacerla proporcional, levantar la inmunidad y procesar a los políticos corruptos. Y, sobre todo, reinventar el sistema político, sustituyendo paulatinamente el actual Parlamento por decisión popular a partir de asambleas locales, deliberación y voto en la red, con leyes propuestas por iniciativa popular”.
Esa ha sido, según Castell, la estrategia de campaña de Grillo, comediante, actor y bloguero, quien ha recorriendo Italia en furgoneta, llenando plazas, lanzando y debatiendo propuestas en las redes sociales. Un cómico “con los pies en el suelo y la cabeza en la web” que ha renunciado desde el principio a la propaganda de los medios de comunicación social, y ha dejado que los propios votantes eligiesen los candidatos del movimiento mediante votación de miles de inscritos en el movimiento. Un líder que propone seguir su movimiento que se coordina y decide en sus futuras intervenciones parlamentarias, como lo han hecho millones de ciudadanos y buena parte de los jóvenes en los municipios y consejos regionales donde tienen presencia, rompiendo con las consignas de los partidos controlados desde arriba por los políticos profesionales.
”La conexión entre esa ansia mayoritaria de cambio y la intervención en las instituciones se plantea –concluye Castell– cada vez más como una perspectiva estratégica en los debates en la red y en la calle. La movilización que obligó al Parlamento español a admitir a trámite la propuesta de ley de hipotecas es un primer ejemplo de que es posible pasar de la protesta a la propuesta. Claro que los actuales movimientos dejarían de serlo si se mutan en partidos como los otros. Y ahí está la experimentación por hacer. Tal vez el movimiento tendrá que replantearse la cuestión del liderazgo. No para elegir jefes, sino para que haya rostros identificables, siempre controlados por asambleas y redes: liderazgo simbólico. En la movilización sobre hipotecas, el liderazgo de Ada Colau, ha sido esencial para articular el movimiento. Del mismo modo, el Movimiento 5 Estrellas no existiría sin Grillo y Casaleggio. Pero Grillo plantea un partido sin líderes. Y, de hecho, él no se presentó a la elección. Pero esas contradicciones forman parte de la innovación política. Una innovación necesaria en una situación de profunda crisis económica, social e institucional donde los instrumentos de representación y gestión ya no funcionan. Innovar o morir. Porque de muerte de un sistema político se trata”.