¿Quieres ser imparable?

Hay una cosa para la que no nos entrenan, para la que nadie nos preparara y que tenemos que aprender nosotros mismos, a base de caídas que, como todos los golpes, a veces hasta duelen. Nadie nos enseña, nos entrena o nos preparara para no rendirnos. Hay quien habla de que tenemos un instinto de supervivencia, que hace que, por muy negras que se vean las cosas, siempre permanezcamos ahí, a flote a pesar del violento oleaje. Pero en realidad, y sobre todo, en cuanto a vivir tu pasión se refiere, parece que estamos mejor hechos para los momentos de flaqueza, en los que deseamos mandarlo todo al carajo, que para ser imparables.

Tu pasión es una zona mágica en la que convive lo que más te gusta con lo que, además, se te da bien. Vivir de ella, sobre todo ahora que todo el mundo te mira raro cuando dices que quieres montártelo por tu cuenta, parece casi un imposible, pero ya hemos visto que lo es en el grado en el que nosotros queremos que así sea. Lo cierto es que hay miles de millones de pequeñas cosas que podemos hacer para acercarnos día a día a esa pasión que queremos vivir y, en definitiva, a esa vida que queremos tener. Y es cierto, puede que nuestra pasión no sea, ni por asomo, lo más rentable, lo que más “salidas” tiene o lo que nos sacará de pobres, pero, ¿a quién demonios le importa? Una pasión no se abandona tan fácilmente.

Hoy te traigo algunos consejos para sentirte imparable y que nada consiga que des de lado tu pasión, porque lo más importante es cómo tú la sientas, cómo tú creas que puede ayudarte a vivir mejor y, sobre todo, a ser más feliz. Y siempre que tú creas en ella, no desaparecerá. Prometido.

1. Abraza el miedo:

Si alguna vez te toca arriesgar, seguramente te sientas al borde del precipicio. Es lo que ocurre cuando salimos de nuestra zona de confort, en la que todo nos es familiar y,  por tanto, seguro. Pero ese miedo no puede paralizarnos. Tiene que ayudarnos, eso sí, a permanecer alerta, pero nunca, jamás, impedirnos hacer algo.

2. Cree en tus ideas:

Tus ideas son valiosas. Puede que el plan para desarrollarlas no sea perfecto o que tenga alguna que otra laguna, ¿y qué? Aquí estás tú para perfeccionarlas, para equivocarte y volver a empezar y para trazar un nuevo plan si hace falta. Pero no las deseches antes de intentarlo siquiera. Creer en tus ideas es creer en ti.

3. Aleja los pensamientos tóxicos de ti:

Hay gente que te quiere mucho y que te dice que tu pasión no te llevará a ningún lado por el simple miedo que le da que la cosa salga mal y que tú sufras. Luego hay gente tóxica en sí, pero en este caso, tendrás que dejar a un lado los pensamientos negativos de ambos tipos de personas. Lo que realmente importa es lo que pienses tú. Al fin y al cabo serás tú el que se equivoque, el que se caiga y el que se levante. Al fin y al  cabo, el que decida. Tu vida es tuya y no de los demás, por mucho que te quieran.

4. No desperdicies ni un ápice de tu talento:

Si hay algo para lo que tú sientes que has nacido y ese algo además se te da bien, no es una simple afición o un hobby, es toda una pasión, un talento que está ahí, esperando a que lo potencies, a que le saques partido y a que hagas algo con él. El tiempo que no estás empleándolo en algo productivo, útil y que te haga más feliz, es tiempo que estás perdiendo.

5. Márcate objetivos y cúmplelos:

La mejor forma de ser imparable, es sintiéndote como tal. Uno no consigue sentir que avanza si no consigue los pequeños retos que se marque día a día. Haz de tus metas un objetivo concreto y del plan para lograrlas todo un hábito. Con cada una que cumplas, te sentirás más imparable. Y, además: todo lo que aprendas por el camino te servirá para futuras experiencias.

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