Revista Cultura y Ocio

Rabbit hole

Publicado el 10 febrero 2011 por María Bertoni

Rabbit holeLlama la atención que en Buenos Aires todavía no se le asigne fecha de estreno ni título en castellano a Rabbit hole. Es que, además de competir por un Oscar (a la mejor actriz protagónica), esta película tiene el mérito de rescatar a Nicole Kidman y de presentar en sociedad a un cineasta casi desconocido pero prometedor.

A diferencia de lo que acostumbra a hacer, esta vez John Cameron Mitchell filma un guión que no escribió. Se trata de una adaptación que David Lindsay-Abaire hizo de su propia obra de teatro, ganadora de un Pulitzer en 2007.

En contraste con sus antecesoras (las aquí comentadas Shortbus y Hedwig and the angry inch), Rabbit hole cuenta con la participación de actores más o menos célebres. Los de más renombre son la mencionada Kidman, Aaron Eckhart, Dianne Wiest y Sandra Oh (cómo olvidarla después de Entre copas).

Entre ellos, quien más se destaca es la pelirroja de Moulin Rouge. Por lo pronto, consigue que los espectadores ignoremos/olvidemos las marcas del botox que la deformó y el recuerdo de los últimos bodrios que protagonizó.

No es fácil abordar la muerte de un hijo sin apelar al golpe bajo y demás recursos lacrimógenos. Sin embargo, Mitchell evita caer en la tentación y propone una aproximación respetuosa, libre de estereotipos sensibleros.

Nobleza obliga, Rabbit hole pierde puntos cuando se la compara con Le fils de Luc y Jean-Pierre Dardenne. Casi diez años atrás, los insuperables hermanos belgas deslumbraron con aquel largometraje sobre la misma pérdida aunque en circunstancias todavía más críticas y complejas.

Dicho esto, ¿La madriguera? (apostemos a este título en castellano) tiene lo suyo. Por lo pronto, convence y conmueve… además de competir por un Oscar, rescatar a Nicole y consolidar la carrera de un ignoto cineasta texano.


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