Racing vence a River y se acerca al título

Urugido de felicidad. Extasis, delirio, desahogo, todo eso generó el triunfo de Racing en un envase de cilindro, ese que ante cada frustración le contrapone una ilusión por lo que vendrá. Eso que se transformó en presente, ya que con el triunfo de ayer ante River 1-0 quedó en la puerta de un nuevo título, algo que no consigue desde el Apertura 2001, donde también había sido clave un resultado ante el equipo millonario. Es cierto que el gol en contra de Funes Mori fue de carambola, que fue beneficiado por la formación alternativa que dispuso el hasta ayer líder porque pensó más en el desquite del jueves con Boca, por la Copa Sudamericana, pero eso no le quita méritos a un grupo que, luego de quedar eliminado de la Copa Argentina y caer ante Independiente, se juró pelear con protagonismo hasta el final. Eso lo consiguió. Ahora depende de sí mismo para ser campeón y cuando sólo quedan dos fechas para el final: Rosario Central y Godoy Cruz.La Academia aportó lucha. Sabía que debía ganar e intentó mostrar ese protagonismo, aunque con más voluntad que juego. Quizás contagiado por el entorno y los nervios de sus hinchas, los dirigidos por Cocca se destacaron con anticipos ofensivos (sobre todo Videla) y búsquedas verticales para los piques de Diego Milito y Bou, que supieron poner bien el cuerpo y también ganar faltas para transformar las ejecuciones en una pelota parada al área de Barovero.
En ese arranque Racing necesitó de los servicios de Saja, que salvó en el mano a mano ante Augusto Solari en el único error de Grimi en esos primeros 45 minutos.
River trató de proponer un poco más, pero el local se hizo fuerte presionando en la zona central con Ezequiel Videla, un símbolo como lo era Adrián Bastía en el campeón de 2001. Arrastraba de la semana una dolencia abdominal, aunque igual dejó todo en cada pelota y despertó los aplausos de la gente. Videla fue un león hasta el final, como cuando guapeó esa pelota faltando cinco minutos y generó el contraataque de Bou que finalizó en córner. La figura de la cancha terminó acalambrado, toda una señal del esfuerzo.
Lógicamente, en River se notó que Gallardo ubicó un conjunto alternativo, manteniendo sólo dos titulares habituales: Barovero y Funes Mori. Pero el equipo estuvo nervioso asumiendo el compromiso de defender la punta del torneo.