RADICALMENTE EMANCIPADO(S) TEASER from mireia c. saladrigues on Vimeo.
En sus propias palabras «los códigos de comportamiento en un museo están claros. Los mecanismos de protección y de seguridad de las obras lo hacen evidente incluso para el espectador no iniciado. Sin embargo, hay visitantes que rompen con esas normas para poder llevarse algún elemento o pedazo de obra...». Así, la exposición investiga diferentes robos llevados a cabo a lo largo de los últimos años en salas barcelonesas, atribuidos inicialmente a individuos o grupos concretos, y se plantea hasta qué punto recae toda la responsabilidad de estos actos sobre el espectador, dejando abierta la hipótesis de que sea el propio sistema (obras, salas, artistas, etc.) el que les haya empujado a ello.A través de vídeos y documentos la exposición/instalación/proyecto tratará de dilucidar las posibles motivaciones detrás de estos hurtos, que si bien en general se han considerado actos vandálicos, han sido también aplaudidos como gestos artísticos y/o políticos.Y es que quién no ha hecho algo parecido? La primera vez que vi la Capilla Sixtina esperé a que el vigilante estuviera distraído, alargué la mano sobre la pantalla protectora y pude palpar la genialidad de Miguel Ángel (suerte que soy alta!). Y, si bien no me llevé un trozo de fresco, sí me salté las normas de la sala. Lo curioso es que, años y años más tarde, aunque no esté orgullosa de ello (ya sabéis, si todos hiciéramos lo mismo no quedaría Capilla Sixtina) sí lo guardo en el recuerdo como una batalla ganada y un detalle que contribuyó sin duda a una de las mayores experiencias estéticas de mi vida.Así que no me lo puedo perder. Me planto hoy allí a las 19.30h para analizar, analizarme y ver si me puedo llevar un trocito (aunque sea intelectual) de algo.Feliz miércoles (hoy sí) xxRevista Arte
Una de mis artistas favoritas, Edelweiss López, me ha invitado a la inauguración esta tarde del proyecto de Mireia C. Saladrigues Radicalmente Emancipado(s) en el Espai Cultural Caja Madrid, que no ha podido parecerme más interesante. Recordáis cuando la última vez que me llevé a mi sobrino al MNAC? Una de las cosas que más me sorprendió fue que, de alguna manera, sin que le hubiéramos dicho nada, él empezó a hablar muy bajito, a moverse despacito y a no acercarse mucho a nada. Me planteé si el ser humano llevaba inscrito en su ADN el código de conducta en museos, hipótesis que descarté de inmediato al recordar a algunos de los monos (y no precisamente niños) que he tenido la desgracia de ver en mis incontables visitas museísticas. Pues algo parecido es lo que se ha planteado Mireia con este «proyecto en proceso». O bueno, no, pero a mi me lo ha recordado muchísimo: