Buscando un destino exótico para nuestras vacaciones en el sudeste asiático, la casualidad quiso que me encontrara con el blog de Fernán, un compañero becario ICEX en la Oficina Comercial de Tokio. Hace algunos años yo también fui becario ICEX y reconozco que estamos hechos de una pasta especial, llevamos dentro un gran espíritu aventurero. El caso de Fernán no es para menos. Entre todos los destinos que él había visitado, me llamó la atención un lugar del que nunca antes había oído hablar. Resulta que Fernán tenía un amigo viviendo en Indonesia y juntos organizaron una escapada a Raja Ampat, un archipiélago situado en la región más oriental del país, en un extremo de la isla de Nueva Guinea. Un pequeño y remoto punto del mapa, casi inalcanzable y prácticamente desconocido incluso para los occidentales que viven en Jakarta.
Nueva Guinea, también conocida como Papúa, es la segunda mayor isla del mundo. Se encuentra dividida políticamente en dos mitades aproximadamente iguales. La mitad oriental pertenece a Papúa Nueva Guinea, un país independiente desde 1975. La mitad occidental se denomina Nueva Guinea Occidental, pertenece a Indonesia y la conforman las provincias de Papúa, siendo su capital Jayapura, y Papúa Occidental (o Papúa del Oeste), siendo su capital Manokwari. Las islas de Raja Ampat pertenecen a esta provincia. El aeropuerto más cercano está en Sorong, aunque ya está en marcha la construcción de un aeropuerto en Waisai, en la misma Raja Ampat.
La isla de Nueva Guinea ha estado poblada por los pueblos papúes desde hace al menos 40 mil años. Históricamente, los papúes estuvieron relativamente aislados del mundo excepto por algunos contactos esporádicos con pueblos australianos y más tarde la influencia de los pueblos austronesios.
Los primeros occidentales que avistaron las costas de Nueva Guinea fueron los portugueses en 1511, y el primero que desembarcó en aquel territorio fue Jorge de Meneses en el año 1526. Se cuenta que llegó accidentalmente a la isla principal y la llamó Papúa, una palabra malaya que designa el carácter rizado del pelo de los melanesios. Los portugueses fueron seguidos pronto por los españoles, quienes circundaron la mayor parte de su costa entre 1528 y 1545. Fue el español Yñigo Ortiz de Retez quien acuñó entonces el nombre de Nueva Guinea a la isla al observar cierto parecido entre los papúes, de piel oscura y cabello rizado, y los habitantes del golfo de Guinea, en África.
Luego llegaron los holandeses en 1616 y los ingleses en 1700. En el año 1770 el capitán inglés Cook navegó por el estrecho de Torres, que separa Australia y Nueva Guinea. La isla fue dividida entre holandeses, ocupando la región occidental del territorio, y los ingleses controlando la costa sur. Por último, llegaron los alemanes, que izaron su bandera en la costa norte. La colonización de Nueva Guinea y las islas vecinas se desarrolló de forma lenta, ocasionando muchos problemas a los europeos, como la malaria. La exploración del interior de Nueva Guinea no se pudo llevar a cabo hasta los siglos XIX y XX, algunas zonas del interior no fueron vistas por los europeos hasta la década de 1930.
Indonesia se independizó de los Países Bajos en agosto de 1945 y reclamó que todas las posesiones coloniales holandesas en la región pasarán a su dominio, incluida la mitad occidental de la isla de Nueva Guinea. La completa anexión por parte de Indonesia se produjo en 1969, bajo el gobierno de la administración Suharto. Sin embargo, pese a ser considerados ciudadanos indonesios, las diferencias étnicas están presentes y los nativos de esta región siempre han preferido ser considerados como papúes. De hecho, en la región además de bahasa Indonesia se habla papú. Vocablos de una y otra lengua se entremezclan habitualmente en una conversación.
Una de las partes de Nueva Guinea con mayor diversidad natural se encuentra al noroeste, una zona conocida como Cabeza de Pájaro. Aquí se encuentran las islas de Raja Ampat, una de las zonas más vírgenes del llamado Triángulo de Coral, delimitado por la isla de Borneo, Filipinas, la isla de Papúa, parte del archipiélago de Indonesia y Timor Oriental. El nombre Raja Ampat significa Cuatro Reyes, y proviene del s. XV. En esa época Indonesia estaba bajo la influencia del Islam y el territorio se encontraba dividido en sultanatos. El Sultán de Tidore, que reinaba desde las islas Molucas, designó a cuatro rajás para gobernar un pequeño archipiélago. Fueron Misool, Salawati, Batanta y Waigeo, cada uno de los cuales terminó dando nombre a una de las islas principales que rodean los más de 1.500 islotes, cayos y bancos de arena de Raja Ampat.
Preparativos
Como podéis imaginar, un viaje de estas características requería bastante preparación, aunque naturalmente quisimos dejar algunos cabos sueltos para tener un componente de aventura. Recuerdo que propuse la idea de ir a Raja Ampat a Dani y a Javi en Noviembre del año pasado, casi cinco meses antes, y al poco empezamos a buscar información. El blog de Fernán nos vino de maravilla ya que escribió una serie de capítulos describiendo con detalle cómo fue su viaje. Aparte de esto, no había demasiada información sobre Raja Ampat en internet, a excepción de algún que otro suplemento de viajes de ensueño y fotos de espectaculares paisajes marinos que unos pocos afortunados habían tenido el privilegio de observar, y que ponían los dientes largos sólo de pensar que un lugar tan increible existía realmente. Por una parte es lo que buscábamos, un lugar interesante alejado de turistas; pero cuando hablábamos de afortunados, nos dimos cuenta de que el lugar era ciertamente accesible sólo para gente con cartera. Un auténtico paraíso natural, tan vírgen que no existe apenas infraestructura turística, aunque nadie duda de su potencial. Ni hoteles, ni albergues, ni restaurantes, y muy pocos medios de transporte salvo algún que otro servicio de ferry entre las islas principales. Con pesar descubrimos cuáles eran las dos únicas formas de alojarse en las islas de Raja Ampat. Una es siendo rico y pagando entre 100€ y 200€ por noche en un barco liveaboard con calendarios ajustados y reserva con meses de antelación.
La otra es siendo asquerosamente rico y pagando entre 850 y 2000 euros por una estancia mínima de una semana en uno de los cuatro resorts de lujo que existen en Raja Ampat, sin incluir por supuesto gastos de transporte, comida, etc.
- Kri Eco Resort: 850€/persona alojamiento básico durante una semana, 1455€ si se incluye buceo
- Sorido Bay: 1877€/persona alojamiento básico durante una semana, 2482€ si se incluye buceo
- Raja Ampat Dive Lodge: 961€ alojamiento básico durante una semana, 1420€ si se incluye buceo
- Pulau Pef: 1500€ alojamiento básico durante una semana, 2100€ si se incluye buceo
Nosotros no somos ricos, así que nos tocó organizar por nuestra cuenta un viaje en plan low-cost. Un reto difícil pero no imposible si uno tiene ilusión por perseguir sus sueños.
En la guía de Lonely Planet de Indonesia poco pudimos encontrar, apenas media página dedicada a Raja Ampat. Casi toda la información que encontramos fue en el blog de Fernán (1, 2, 3, 4, 5) y en el foro de Lonely Planet (1, 2). De hecho, al cabo de varios meses de intensa búsqueda todavía teníamos demasiadas dudas, así que fue necesario quedar con el propio Fernán en persona en Singapur para que nos diera algunos consejos de primera mano. La verdad, tenemos mucho que agradecerle. Sin su ayuda probablemente no lo hubiéramos conseguido. No obstante, yendo incluso lo más preparados posible, os aseguro que durante el viaje hubo mucha improvisación y vivimos algunos momentos de incertidumbre y tensión. Una aventura es una aventura.
Llegada
La parte de llegar hasta Raja Ampat fue lo más fácil del viaje. En Indonesia hay varias aerolíneas que conectan con Sorong, el aeropuerto más cercano, en la isla de Nueva Guinea, aunque cruzar el país de oeste a este no resultó en absoluto barato. Nos dejamos casi 300€ en vuelos domésticos.
Era inevitable hacer escala, así que terminamos escogiendo la siguiente combinación de vuelos con Sriwijaya Air.
IDA - Sun 18 Mar 2012SJ 598CGK-JAKARTA00:30UPG-UJUNG PANDANG03:45
SJ 570UPG-UJUNG PANDANG04:30SOQ-SORONG07:45
VUELTA - Sun 25 Mar 2012SJ 571SOQ-SORONG11:40UPG-UJUNG PANDANG12:55
SJ 593UPG-UJUNG PANDANG14:05CGK-JAKARTA15:20
Cuando se vuela en Indonesia hay que tener presente que existen ciertos riesgos. Hasta hace poco todas la aerolíneas del país estaban en la lista negra de la Unión Europea porque operaban por debajo de los niveles básicos de seguridad. No obstante, nos quedamos bastante tranquilos al saber que Sriwijaya era la única aerolínea que por el momento no había sufrido accidentes mortales y estaba dentro de la categoría 1 de calidad de seguridad aérea por la Autoridad de Aviación Civil de Indonesia. Hubo algunos problemas a la hora de comprar los billetes por internet, resulta que no admiten tarjetas de crédito de España ni al parecer de otros países de Europa, aunque sí de otros países de Asia.
Los dos vuelos Jakarta - Makassar (Ujung Padang) - Sorong iban completos. En ambos casos despegamos a la hora prevista. La duración fue de 2 horas y 30 minutos cada uno, aproximadamente. Echando un vistazo a la hora de salida y de llegada parece que no salen las cuentas; resulta que nos desplazamos nada menos que dos husos horarios dentro de Indonesia.
Recuerdo que la noche que volamos apenas conseguí dormir, pero el cansancio acumulado se vio rápidamente disipado por la emoción de ver el mar salpicado de islas y arrecifes de coral cuando descendimos y nos aproximamos a Sorong. Después de un viaje con bastantes turbulencias que provocaron algún que otro intercambio de miradas inquietas, tan sólo quedaba cruzar los dedos para que el aterrizaje saliera bien. Todo transcurrió con normalidad, más o menos. Las ruedas tocaron el suelo, el avión bajo el morro, redujo la velocidad, y ante nuestro asombro vimos por la ventana algunos transeúntes y perros persiguiendo el avión junto a la pista de aterrizaje.
¡Bienvenidos a Papúa!
Estábamos por fin en Sorong, la puerta de acceso a Raja Ampat. Nos quedaba por delante una semana antes de tomar el vuelo de regreso a Jakarta. Desde el principio habíamos descartado la opción de alojarnos en uno de los cuatro resorts de lujo y tampoco teníamos intención de movernos a bordo de un crucero liveaboard. Habíamos llegado a Nueva Guinea con poco más de 6.000.000 de rupias en el bolsillo cada uno, unos 500€ al cambio.
¿Cuales serían nuestros planes de viaje? Lo descubriréis en el próximo capítulo.