El temor por los efectos de la energía nuclear aparece cuando se produce un accidente, y desaparece con el tiempo hasta el siguiente. Ahora tenemos la oportunidad por desgracia de recordar el miedo por lo que está ocurriendo en Japón tras el terremoto en la central nuclear de Fukushima.
Entre ambos tiempos, algunos se dedican a hacer campaña electoral en las mismas centrales nucleares.
Esta misma semana desde la central de Garoña, la central nuclear en activo más antigua de España, que será cerrada próximamente si el gobierno del PSOE cumple su promesa de hacerlo, sus trabajadores nos obsequiaban con un “rap” insultando a quienes vivimos cerca y culpándonos de querer enviarlos al paro. Que yo sepa nadie ha salido a la calle gritando por enviarlos al paro y desgraciar a sus familias, lo ideal sería que el gobierno trabajase por recolocarlos en otro sector relacionado con la energía.
Para la derechorra radioactiva lo ideal sería mantener abierta Garoña eternamente. Vote al PP y ponga una central nuclear en su vida. Los radicales de la derechona han llegado a comparar la lucha pacífica de quienes se oponen a la energía nuclear con los métodos que empleó ETA para evitar que se construyese la central de Lemoiz. Cree la reacción que todos son de su condición: ¿quién se dedica continuamente a pedir que le demos las gracias al genocida Franco por los pantanos que construyó con mano de obra esclava mientras fusilaba en sus ratos libres?
Revista Opinión
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