Aquí tenemos sus huellas en una zona con abundante barro, un sustrato muy adecuado para la impresión de las pisadas, en la del jabalí son apreciables las pezuñas delantera y posterior, aunque no siempre aparecen marcadas estas últimas.

Por su parte las huellas de las pezuñas del corzo marcan sus pezuñas con una característica forma de corazón invertido, y no miden más de 4 cm, claramente más pequeñas que las de sus parientes los ciervos.
