Revista Psicología

Razones por las que el ser humano se preocupa

Por Centro Psiconet

Las preocupaciones son pensamientos continuos sobre posibles peligros o amenazas futuras, que generan mucho malestar y que son incontrolables.

Habitualmente hay numerosas cosas por las que nos preocupamos y de las cuales no compensa hacerlo.  Esas preocupaciones además de generarnos un alto nivel de malestar, nos hacen malgastar nuestra energía en intentar solucionar cosas que no merecen la pena. Si conseguimos aprender a distinguirlas, probablemente nos sentiremos mejor.

Criterios para analizar las preocupaciones

  • ¿Tiene importancia?

A veces nos preocupamos por cosas que no son verdaderamente importantes y que además se convierten en el centro de nuestra vida. Por ello, una manera de intentar aclarar si son más o menos importantes, puede servir preguntarse cuestiones como:

  • ¿Qué pasará dentro de 5 años con este “problema” que tengo? ¿en una semana, un mes, un año… seguirá siendo preocupante? Comprobar que repercusión puede tener a largo plazo nos ayudará a medir la intensidad de ese pensamiento que nos preocupa.
  • En una escala de experiencias negativas que he vivido, ¿dónde posiciono esta? Con preguntas como estas, nos ayudará a comparar con situaciones similares que hemos vivido y ver si somos capaces de solucionarlas.
  • ¿Me merece la pena? Podremos ver si es necesario invertir tanta energía en ese pensamiento o si podríamos emplear ese tiempo en cosas mejores o más beneficiosas.
  • ¿Cuántas probabilidades hay de que ocurra?

También muchas veces nos preocupamos por cosas que son muy improbables que ocurran. Son pensamientos sobre todas aquellas cosas que podrían pasar, manifestándolas con frases como “¿Qué pasaría si…?”.

Hay que intentar no anticipar y preguntarse cuestiones acerca de:

  • ¿Qué probabilidades hay de que ocurra?
  • ¿Tengo pruebas de que eso va a pasar?
  • ¿Me ha pasado antes? ¿Conozco a alguien que le haya pasado?

Preocuparse por cosas que aún no han pasado, solo hace que perdamos tiempo en solucionar problemas irreales impidiéndonos disfrutar de la vida y ser felices.

  • ¿Cómo será…?

Muchas veces no sabemos cómo irán las cosas. Por ejemplo, la preocupación por suspender un examen que ya hemos hecho. Por mucho que nos preocupemos, no van a mejorar los resultados.

Con aquellas cosas que nos preocupan cuando todavía no han sucedido, tendremos que tener claro que solo podremos solucionarlas si ocurren y, por tanto, no merece la pena preocuparse antes.

  • ¿Podemos controlar la situación?

Por último, hay otras preocupaciones sobre aspectos que no podemos controlar. Por ejemplo, el envejecimiento. Preocuparnos por ello, no cambia el hecho de que estamos envejeciendo.

Por ello, por mucho que nos preocupemos la situación no cambiará, y hay que intentar aprender a aceptarla de la mejor manera posible.

Plan Integral de Salud Mental de Andalucía (2011). Afrontando las preocupaciones. Junta de Andalucía: Servicio Andaluz de Salud.


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