Como habrás leído, febrero es el mes del amor en Chocobuda. Hoy exploraremos algunas razones por las que tus relaciones amorosas explotan en mil pedazos. O quizá menos, el punto es que no funcionan y te han dejado infeliz por mucho tiempo, preguntando ¿qué salió mal?
La mayoría de nosotros soñamos con la pareja ideal. Sabemos qué es lo que queremos, hacemos una imagen mental de cómo deberían ser las cosas con alguien especial y estamos atentos a ver quién es la persona indicada. Llega alguien, la idealizamos y comenzamos la vida en pareja, solo para darnos cuenta que estamos más infelices y vacíos que al principio.
Esto no es coincidencia y tampoco es un problema único de alguien. Es algo que nos pasa a todos los seres humanos porque nunca nadie nos enseñó cómo funcionan las relaciones de pareja. Si ponemos atención nos podremos dar cuenta que casi todos cometemos los mismos errores y repetimos conductas que siempre terminan en lo mismo: infelicidad con o sin separación. Lo que pasa es que somos tan engreídos y egocéntricos que jamás nos detenemos a analizar lo que hemos hecho mal y buscamos que el universo (por nuestra linda cara) provea lo que queremos. Y eso jamás sucederá.
Así que he escrito una pequeña lista con razones por las que fallan las relaciones de pareja. Como siempre, no es una lista final y mucho menos pretende ser un diagnóstico. Es una lista basada en mis observaciones de la vida y puedo estar completamente equivocado. Sin embargo podría ser útil para que notes tendencias de tu propio comportamiento y puedas tomar acciones para corregir el rumbo.
Con eso dicho, tus relaciones de pareja fallan debido a que…
No sabes cuidar de otro ser vivo
Tu pareja no es lo que idealizaste ni tu salvador. Es una persona compleja con una historia que la respalda, capaz de experimentar sufrimiento y puede cometer errores graves. Al mismo tiempo, es alguien que puede dar mucho al universo y con todo el potencial de ser un buda. Justo como tú. No es “la persona de tus sueños”; es un ser vivo más que anda por este planeta. Tu pareja tiene necesidades que deben ser cubiertas y tiene sentimientos.
Iniciar una relación amorosa es una gran responsabilidad porque implica buscar su bienestar por sobre todas las cosas. Pero si no sabes cuidar de una planta o un animal o de ti mismo, ¿cómo es que te sientes en capacidad de cubrir las necesidades de otro ser vivo?
Mientes desde el inicio
Todos mentimos, decía el Doc. House. Y estaba en lo correcto. Todos somos unos mentirosos que decimos y hacemos lo que sea con tal de que la otra persona “crea” que todo sobre ella nos interesa.
Usamos esta espantosa máscara de maquillaje que cubre lo que realmente somos. Es muy raro que alguien sea honesto con su verdadera identidad, pues estamos en la cacería de pareja. Esto tiene enormes consecuencias porque esta puesta en escena termina y nos exponemos tal como somos, lo que afecta de manera irreparable la relación.
¿Por qué no dejar de usar tretas y trampas, para ser uno mismo? El amor necesita estar basado en honestidad y en nuestras verdadera personalidad. El “juego de la seducción” es un engaño que siempre lastima a todos, aun más al “cazador”. Si quieres una relación sana, comienza a ser tú.
También es importante decir que el auto-engaño es una mentira que nos decimos a nosotros mismos. Cuando alguien te interese mucho, hay que ser honestos. ¿Te interesa una relación? ¿Sólo quieres la parte física? ¿Estás dispuesto a pagar las consecuencias de tus mentiras?
Usas a la persona para cumplir tus propios objetivos
Las personas no son peones en tu juego personal de ajedrez. Tampoco tienen que apegarse a un guión teatral que has escrito en tu cabeza con tus ideas y expectativas. Pretender que alguien hará lo que quieras para que tú te sientas bien es un grave error que te hará infeliz.
Las personas son lo que son. Son libres y actúan como necesitan actuar. Una relación de pareja sana necesita estar basada siempre en la libertad y respeto. La manipulación y el chantaje son formas de violación (sí como la violación sexual), ya que estás pasando por encima de alguien contra su voluntad, para tu satisfacción personal.
Sientes envidia
La envida es muy complicada porque es como el azúcar: está presente en todas partes, pero es difícil encontrarla. Daña de forma irreparable cualquier relación que toca.
La envidia llega cuando comenzamos a compararnos con los demás y a desear tener lo que tienen. Es especialmente horrible cuando la envidia sucede en la pareja.
Poner atención a nuestras reacciones es importante porque podemos detener la envidia desde el momento en que la sentimos, para convertirla en generosidad y alegría.
Quieres cambiar a tu pareja
No aceptar a las personas es el boleto premium para el parque llamado Sufridera. Cada vez que criticas o deseas que la persona sea diferente, estás alimentando tu malestar; mismo que puede convertirse en aversión y odio.
Cada persona es distinta y si no aceptas a alguien como es, sin reservas, ¿para qué molestarse en siquiera comenzar una relación?
Asumes ideas y opiniones por la persona
Cuando piensas que ya sabes qué dirá o pensará tu pareja, estás cometiendo un grave error en varios niveles. Primero que nada, estás jugando el juego de asumir cosas sin preguntas. Todas las asunciones que hagas sobre la pareja son chatarra fantasiosa.
Si tienes alguna sospecha o necesitas opinión, habla y confirma.
No comunicas con claridad
Tu pareja no lee la mente. Si necesitas que te escuche o que se de cuenta de algo, dilo con toda claridad y de frente.
De igual manera, si tu pareja necesita ser escuchada, dale toda tu atención y escucha sin prejuicios. Quizá te sorprenda lo que aprendas.
Ves a la pareja como una inversión
Tu pareja no tiene obligación alguna de retribuir tus esfuerzos. Tú amas porque quieres amar, así como tu pareja ama porque quiere amar. En el momento en que deseas rendimientos por tu inversión de amor, estarás en un hoyo del que no saldrás.
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Como siempre, esta lista no está completa. ¿Quieres ayudarme a completarla? ¡Escribe en los comentarios!
El próximo post seguirá explorando el tema del amo.