(Dedicado a mi sobrino Sergio, que estudiaarquitectura y suscitó esta reflexión mía).
La empalagosa película Sonrisas y Lágrimas (The Sound of Music, 1965) es de una ya lejana época en que se doblaba todo al castellano, incluso las canciones. Doblar las canciones es algo bastante arduo. En la casi coetánea My Fair Lady (1964) la difícil pronunciación en inglés del diptongo "ai" (The rain in Spain stays mainly in the plain), se convierte en la difícil pronunciación en castellano de la "ll" (La lluvia en Sevilla es una pura maravilla). Pero en Sonrisas y Lágrimas no hay forma de traducir lo que -mostrencamente- significa el nombre de cada nota. Hay que reconocer que el problema no tiene solución. Compadezcamos al pobre adaptador, que tuvo que traducir esta canción:
Y no se le ocurrió otra cosa que esto: (Siento no poder encontrar la versión doblada, pero copio la letra).
"Do" es trato de varón"Re" selvático animal"Mi" denota posesión"Fa" es lejos en inglés"Sol" ardiente esfera es"La" al nombre es anterior"Si" asentimiento esY otra vez ya viene el "Do"
Tremenda y surrealista canción que nos llena de estupor. "Mi", "Sol" y "La" son irreprochables. A "Si" le falta apenas la tilde. A "Do" una n final, y a "Fa" una r. Psché. Muy cogidas por los pelos.
¿Pero qué narices es "Re"?
"Re": Selvático animal. Mejor no lo penséis. En internet hay tesis para aburrir. Todas añaden una letra al final, como en "Do" y en "Fa". Hay quien dice que es "Res", vaca. Vale: Una vaca selvática. Lo normal. Otros añaden una "y" para que sea el león, rey de la selva, pero tampoco cuela: "Rey" no es un animal. Y hay incluso quien añade una "x", por el Tiranosaurius Rex. Claro, claro. No sé. A ver qué se os ocurre a vosotros. Si es por mí, yo le añadiría "nault 5", pero creo que tampoco cuela.
No le deis más vueltas: Re es un selvático animal y ya está.
Y voy a la perorata que le solté el otro día a mi sobrino Sergio:
¿Qué es mejor: un edificio al que se entra por arriba y se desarrolla hacia abajo o uno al que se entra por abajo y se desarrolla hacia arriba? ¿Un edificio vertical u horizontal? ¿Un conjunto de bloques paralelos o radiados desde un espacio central? ¿Un esquema central, axial, una doble altura, una cúpula, una casa-patio, una sala hipóstila, un cuerpo en voladizo, una cubierta plana, inclinada a un agua, a dos, a tres...?
La primera respuesta que se nos ocurre es que eso dependerá de cada caso, de cada solar, de cada programa, de cada uso, de cada usuario... Pero una respuesta más rotunda (y más cínica, pero en el fondo más cierta) es que en el fondo da igual. A mí me da igual.
Re, selvático animal.
Lo que me importa de un proyecto de arquitectura no es el qué, sino el cómo. ¿Edificio vertical? Bueno; vamos a verlo. ¿Serie de pastillas en peine? De acuerdo; a ver qué tal está. ¿Distribución radial? Vale; a ver cómo se ha resuelto.
El problema (y la gracia) es ser coherente con el planteamiento inicial y ser capaz de resolverlo. Si ese planteamiento inicial lleva a un callejón sin salida habrá que cambiarlo, pero si da de sí y se deja desarrollar, adelante.
O, dicho de otra forma: Yo, como cualquier arquitecto, por mediocre o torpe que sea, sé hacer una casa de planta cuadrada, sobre pilotes y con cubierta plana a modo de solarium. También sé hacer una casa en la orilla de un riachuelo, con un salón que tenga una terraza que vuele sobre un pequeño salto. Pero no creo que me salieran así:
En todo caso, repito. ¿Qué es mejor? ¿Un esquema así o asao? Da igual. Lo que importa es cómo está desarrollado y concretado, cómo se distribuye el espacio, cómo fluye, cómo se habita, cómo se usa, cómo está construido, cómo es, cómo funciona, cómo, cómo, cómo. Los qués no importan. Son los cómos.
Otro ejemplo, que ya conté en su día: La ciudad de Avilés está agradecidísima al arquitecto Oscar Niemeyer porque les regaló un proyecto. Ya dije que eso no es cierto. Lo que le regaló fue poco más que esto:
Quien haya construido alguna vez algo sabe que eso que dibuja Niemeyer no es nada. A ese nivel vale todo. Re: selvático animal.
Lo que importa es desarrollar eso. Lo que importa son los cientos y cientos, miles y miles de horas que se necesitan para que eso (que para empezar no está ni mal ni bien) llegue a algún fin coherente.
Las comprensibles autocoerciones (bienintencionadas por respetuosas) que debieron de imponerse los muchos técnicos que intervinieron en el desarrollo, y el poco control y la poca implicación del "autor" llevaron necesariamente a una obra muy esquemática y poco desarrollada, muy dependiente del simplista esquema inicial que, a buen seguro, con menos edad y más energía, Niemeyer habría hecho evolucionar mucho durante el proceso, y habría madurado hacia un resultado más trabajado y complejo.
Repito: El planteamiento me da igual. Me valen todos. Si uno es coherente con él y lo desarrolla hasta sus últimas consecuencias (y desarrollarlo es irlo modificando si es necesario), el resultado será bueno. Si no se desarrolla quedará cojo, flojo, torpe, por más brillante que fuera la idea inicial.
Si se insiste y se sigue con la misma idea, y se mantiene la frente firme y el pulso seguro, al final Re será el más selvático de los animales. Naturalmente que sí.
Tanto es así que casi cincuenta años después de la película se ha estrenado el Musical en España, y Re sigue siendo un selvático animal. ¿Falta de imaginación y de talento durante tantos años? No: Éxito de una idea a fuerza de perseverancia.
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