Tras leer la fantástica reseña de Carol, no podía dejar pasar este libro. Yo no soy nada gamer, de pequeña sí jugaba a algún juego, pero siempre eran los mismos (Keen, Prince, uno de un niño que iba cogiendo monedas...), y aunque me pasaba horas jugando, llegó un momento en que me empezaron a aburrir. Soy incapaz de viciarme a un juego, porque por mucho que me guste, me termino cansando.
A pesar de ello, este libro llamó mi atención por su argumento distópico: un mundo en el que la crisis energética ha destrozado el planeta, la gente malvive como puede, algunos apiñados en torres de autocaravanas (que, como ya no pueden pagar el precio desorbitado del carburante, sólo sirven como hogares), nadie puede viajar, ni hacer nada en el mundo real. Todos se refugian en Oasis, una realidad virtual gigantesca, en la que pueden hacer de todo: viajar, ir al colegio, vivir aventuras... Además, claro, de programar sus propios mundos y vivir allí. Se conectan a Oasis con visores y guantes hápticos, e incluso con trajes especiales que les permiten sentir todo lo que ocurre dentro.
El libro arranca cuando James Halliday, creador de Oasis, fallece, y en su testamento descubren que, al no tener herederos ni parientes vivos, ha dejado organizada una competición para encontrar un huevo de Pascua que ha escondido en Oasis. Quien lo encuentre, será su heredero y tendrá el control de Oasis.
Halliday era un fanático de los 80, década en la que creció, así que la competición bebe mucho de la cultura pop de esa época: juegos, música, películas... Y es una homenaje absolutamente genial. Seguro que me he perdido infinidad de referencias (sobre todo las relativas a los juegos), pero se disfruta igualmente.
La competición arranca con mucho ánimo, pero pronto decae porque nadie es capaz de encontrar la primera de las tres llaves que hay que descubrir, para sobrepasar las tres puertas. Pasan los años y aunque los gunters (egg hunters) siguen buscando, no hay tanto interés como al principio. Hasta que alguien encuentra la primera llave y entonces todo se precipita. No es una competición sólo entre personas de a pie, sino que una multinacional sin escrúpulos (IOI) tiene muchísimos medios desplegados para competir y ganar, haciéndose así con el control de Oasis y, claro, sacar beneficios.
Es un libro trepidante, adictivo, muy difícil dejar de leerlo. Nos presenta un mundo distópico que no se aleja mucho de lo que podría llegar a pasar y eso da miedo. El interior de Oasis es más agradable, claro, pero no deja de ser algo ficticio, donde puedes ser otra persona, caracterizar tu avatar para ser el más guapo o incluso, del sexo contrario. Algo como lo que pasa en Internet, pero a lo bestia.
He leído en alguna reseña que no ha gustado mucho la historia de amor, que les parecía forzada... y a mí me ha encantado. Me parece que está en su punto justo, y va surgiendo de forma muy natural.
En definitiva, es un libro de acción pura y dura, trepidante, con referencias a multitud de películas, series y juegos, pero cuyo argumento puede seguirse sin conocer todo lo que menciona. Los personajes son geniales, cada uno muy diferente, pero con su toque peculiar, maravillosos. Un libro muy, muy recomendable. ¡¡Visita mi blog y déjame un comentario!!