Realidad y parecer son cosas diferentes

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A veces las cosas parecen lo que son, cuando en realidad no son lo que parecen.
Suena el teléfono.-   Buenas tardes. Le habla Elvira González ¿Con quién tengo el gusto de hablar?-   Hola, señorita. Mi nombre es Pablo Ricardos.-   Buenas tardes, señor Ricardos. ¿En qué puedo ayudarle?-   Verá, hay algo que no funciona, señorita; lo hablé con su compañera la semana pasada. Lo he intentado todo.-   ¿Es usted el titular de la línea?
Se hace un silencio.-   Sí, por supuesto.-   ¿Qué problema tiene, señor Ricardos?-   Le digo que esto no funciona; hablo, me comunico y no consigo arreglar el problema. -   Aquí no consta ninguna avería, señor Ricardos. De todas formas yo le entiendo a usted perfectamente alto y claro. -   Muchas gracias, señorita.-   ¿Me entiende usted bien a mí? Puede que el problema sea de su aparato, aunque no me consta en el monitor -Se hace un silencio al otro lado-. ¿Me escucha, señor Ricardos?-   Por supuesto, señorita; pero dígame, ¿qué es lo que me aconseja?-   Podría cambiarse de compañía, señor Ricardos, si la actual no le satisface.-   Llevo pensándolo desde la última vez, pero mi compañía es muy estricta.-   Todas lo somos, señor Ricardos, pero ha de encontrar alguna que le satisfaga. Le recomiendo que busque otras opciones. Desde aquí, lo único que puedo decirle es que su aparato no tiene ninguna avería. Le aconsejo que llame a su compañía para verificarlo y si los problemas persisten o está usted insatisfecho, cambie de compañía o llame a atención al consumidor.Se hace un silencio al otro lado.-   En fin, si es lo que me aconseja…-   Así es, señor Ricardos. ¿Alguna otra cuestión?-   Esa era la más importante.-   Muy amable, ahora espere que le paso una encues….Se corta la llamada.Minutos después.Suena el teléfono.-   Buenas tardes. Le habla Elvira González ¿Con quién tengo el gusto de hablar?-   Buenas tardes, señorita. Mi nombre es Pablo Ricardos.-   Buenas tardes, señor Ricardos. ¿En qué puedo ayudarle?-   He llamado a mi compañía para solicitar un cambio como me aconsejó y después me ha pedido el divorcio. Esto es el fin.
A veces, la presión nos juega una mala pasada y las ansias por compartir nuestro problema con alguien, nos hace creer que leemos la palabra “paciente”  en donde realmente dice claramente  “cliente”.