Quizás su nombre ya os suene de haberlo visto por aquí. Rómulo Celdrán fue uno de los primeros nombres que aparecieron en la sección '¿Quién es...?' , pero esta vez tenemos la oportunidad de leer una entrevista directa con él. Como ya comentamos en su momento, hemos podido ver al artista en ferias como ARCO y JustMadrid, ha ganado premios como el Penagós de la Fundación Mapfre y su trabajo se basa mayoritariamente en el cambio de proporciones de objetos de nuestra vida cotidiana, como un simple capuchón de bolígrafo BIC mordisqueado que cambia nuestra perspectiva a modo de lupa. Además se complementa con dibujos hiperrealistas que asombrarían a cualquiera. Ahora, veámoslo desde el punto de vista del propio artista.
¿Cuál ha sido su último trabajo?
Una obra llamada Reality Bites I. Se trata de una pieza realizada en poliestireno policromado, al
igual que mis últimos trabajos, que supone el punto de inicio de lo que espero que se convierta
en toda una serie de trabajos. El nombre de la serie, Reality Bites, funciona como frase que
define el conjunto de piezas desde varios puntos de vista, el literal, el metafórico y el irónico,
porque realmente son objetos mordidos, pero también son fragmentos (bocados) de realidad,
y también son obras que juegan con el concepto de realismo y sobre como 'hincarle el diente'.
Un artista al que admire
Jannis Kounellis. Me parece un ejemplo de valentía e inteligencia en el uso de ese extenso
repertorio de materiales que utiliza y la forma en la que los pone al servicio de su lenguaje
plástico.
¿El que más le ha influido?
Probablemente en los últimos años, Claes Oldenburg. Sus trabajos en torno al mundo de los
objetos y las salidas de escala, sobredimensionando la realidad, tuvieron una gran importancia
a la hora de comenzar a desarrollar mi serie de esculturas Macro. Sobre el punto de arranque
que el sugiere yo traté de elaborar una visión propia de la realidad, basada por un lado en un
repertorio personal de objetos y por otro en un análisis escrupulosamente realista de esos
fragmentos de realidad, como contraposición a la propuesta 'pop' de Oldenburg.
Su obra preferida (suya y de otros autores)
Bueno, hay tantas que es francamente difícil el elegir una pero abriendo el campo de elección
a toda la historia del arte y no limitándonos solo al arte contemporáneo, probablemente
El Matrimonio Arnolfini de Van Eyck sería una de esas piezas maravillosas que podría estar
mirando durante horas.
Una persona importante para usted en cuanto a su vida artística
Ángel Naranjo. Fue un pintor que vivía en el pueblo donde pasé mis primeros años pintando,
entre los 10 y los 16. Pintaba como aficionado pero vivía el arte como una auténtica vocación.
Aprendí de él muchísimas cosas en lo artístico y en lo humano.
¿Cómo le gustaría que se viera su obra?
Me gustaría que tuviera la capacidad de sorprender, de estimular en algún sentido la
inteligencia y la emoción de aquel que la viera. Me gustaría que el espectador la viera como un
intento honesto y comprometido por descubrir una manera personal de ver la realidad. Y por
último me gustaría ser capaz de generar una sonrisa.
¿Cuándo dijiste 'mamá quiero ser artista'?
Si hablamos de tener claro que quería dedicarme a esto en algún sentido, creo que desde
siempre, pero lo de dar el paso arriesgado de asumirlo como mi actividad profesional fue una
decisión que tomé a los 19.
¿Qué cree que es lo que más llama la atención de su obra?
Por lo que me llega del público creo que es la sorpresa al descubrir la diferencia entre lo que
creen estar viendo y lo que realmente ven.
Cuente una anécdota relacionada con su vida artística.
Como pequeña historia simpática, me viene a la memoria la forma en la que enseñé mis
trabajos por primera vez a una de las galerías con la que sigo trabajando en la actualidad.
Se habían interesado en un principio por mi obra a través de las fotos que les había hecho
llegar pero, como es lógico, querían verla en vivo. Así que cargué todo lo que pude en mi
coche y fui a Madrid en donde nos habíamos citado. Lo curioso es que les enseñé la obra en
parking subterráneo de Las Cortes. Allí mismo entre decenas de vehículos entrando y saliendo,
descargué mis trabajos y monté una improvisada exposición apoyando los dibujos, óleos y
esculturas en los coches cercanos y en el mío propio. El caso es que les gusto y de ahí que
continuemos colaborando a día de hoy.
Proyectos de futuro
Por lo pronto, recién salido de la vorágine de ARCO y JustMad, tengo que ponerme a trabajar
con piezas nuevas de cara a las ferias que están por venir a lo largo del año. Probablemente
el proyecto más interesante sea continuar con la serie de la que te hablaba al principio
Reality Bites y ver lo que da de sí la idea y como se concreta en obra nueva.