Realizando actividades agradables para mejorar el estado de ánimo ii

En el post anterior comenzamos a ahondar en la importancia que tiene la realización de actividades gratificantes para el correcto mantenimiento del bienestar personal y la satisfacción con nuestra vida. En este post vamos a seguir profundizando en la mejora del estado de ánimo aumentando la cantidad de actividades agradables que hacemos a lo largo del día y la semana.

Cuando hacemos actividades agradables en nuestro organismo ocurren situaciones como las siguientes: 

• Nos sentimos más contentos y saludables, ya que al hacer algo saludable, la realidad que percibimos y vivimos ese día, mejora.
• Tenemos más pensamientos positivos acerca de nosotros mismos y acerca de nuestras vidas, de esta manera también la realidad que percibimos en nuestra mente, es decir, nuestra realidad interna, mejora también.
• Llevar a cabo actividades agradables mejora significativamente el estado de ánimo de una persona e indirectamente su nivel de autoestima.
• Llevar a cabo actividades agradables impacta no sólo a nivel personal sino también las relaciones más cercanas, como la familia y/o amigos, ya que el estado de ánimo positivo influye en las relaciones cotidianas y mejora la calidad de las mismas.
• Es bueno tener actividades que se pueden hacer solo, porque controlamos lo que hacemos, no dependemos de otras personas y tenemos tiempo para pensar y disfrutar de nuestros propios pensamientos.
• Podríamos mejorar nuestras relaciones con otras personas, porque el hacer cosas placenteras acompañados ayuda a disfrutarse mutuamente.
• Realizar actividades agradables breves es importante ya que: podemos hacer muchas en un solo día, son útiles cuando estamos ocupados y nos dejan conocer lo bello de nuestro alrededor.

Sin embargo, nos va a ser muy rentable saber qué obstáculos podemos encontrarnos cuando programemos actividades agradables:

1. Iniciar el programa, ponernos en marcha: Una de las principales variables de mantenimiento es el círculo vicioso de inactividad que se instaura en nosotros. Por tanto, cobrará esencial importancia: Romper el círculo. Normalmente, primero nos apetece y, en consecuencia, lo hacemos. Cuando estamos con un estado de ánimo bajo, esto no sucede porque no nos apetece hacer nada; no lo hacemos y seguimos deprimidos. Por lo que, hay que cambiar el orden: primero planificación, segundo acción.
2. Hacerlo no proporciona el mismo nivel de satisfacción que antes. No hay que asustarse, este fenómeno es normal. Si tenemos en nuestra cabeza el lema de que aunque la satisfacción es menor que la que proporcionaba antes, es mayor que el placer nulo de no hacer nada, nos será más. Además a medida que vamos realizando más actividades podemos comprobar como la satisfacción es acumulativa y va en aumento.
3. La actividad no se cumple por variables azarosas. No hay que preocuparse más de lo necesario, es normal y que no es un programa rígido.
4. Cuando hay demasiadas obligaciones. El truco en este momento será hacer actividades obligatorias. Nuestra meta será “si tú no estás bien, no podrás estar bien con los demás”.

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