Internet está sumida ahora mismo en una revolución. Una joven estrella emergente ha irrumpido en Youtube con su primer single, que lleva más de veinticinco millones de visitas. Rebecca Black ya es considerada como la versión sólo un poco más femenina de Justin Bieber y quizá dentro de poco estén planeando un dueto, pero si esto no os interesa, tranquilos, es el acontecimiento del siglo de esta semana.
Siempre he pensado que sólo se consigue ser escritor, director de cine, actor o kamikaze con experiencia poniendo mucho empeño y esforzándose cada día. Esas personas disfrutan con lo que hacen y, al final, ven recompensado su trabajo poniéndolo a disposición y juicio del público. Quiero decir que ser “famoso” o salir en Youtube es secundario, o al menos eso pensaba hasta que hace algo más de diez años, en la televisión de este país empezó a emitirse el programa “Gran Hermano” y que atrajo a una extraña fauna de seres que lo único que buscaban, literalmente, era “ser famosos”. Que la gente les pare por la calle, le pidan fotos, autógrafos y un hijo, o que las copas les salgan gratis en las discotecas y, a la larga, salir en los programas basura discutiendo sobre quién se tiró a quién en el corte publicitario de qué discusión entre “celebrities”.
Sin embargo, y aunque yo no lo entienda, hay gente que mataría por convertirse en una estrella y que buscan cualquier forma de hacerlo. Ya sea buscando la inmortalidad mirando a través del cañón de la escopeta en un vídeo que llega al Top de Youtube o dedicándose a ser modelo con la aspiración de ganar un Óscar. Y una de las posibilidades es pagar dos mil dólares a una empresa (Ark Music Factory) para que cojan a tu hija y la hagan famosa, esperando ver cómo el dinero entra en tu cuenta corriente. Esa es la historia de Rebecca Black, famosa desde la semana pasada y que, aunque no se lo espere, se encontrará en el olvido a la misma velocidad.
Ya hice un par de post en los que expliqué cómo ha ido evolucionando la industria o, mejor dicho, cómo ha llegado a convertirse en una agujero negro capaz de catapultar a la fama a cualquier niña con una canción pegadiza y nutrirse de su fama e ingresos hasta que deja de ser rentable. No importa el talento, tienen un nutrido grupo de profesionales encargados de escribir la letra de la canción y de hacer los arreglos vocales para darle a todo un empaque comercial. Y mientras tanto, mamá abre el sobre del cheque y la chica está viviendo un sueño. Pero ni siquiera eso puede asegurar el éxito momentáneo, ya que a la mayoría de la gente la canción les ha parecido superficial, un poco tonta y bastante sosa. De hecho, ni siquiera se ha hecho famosa por lo simpática de su canción, sino por lo mala que son ella y el vídeo.
Dos mil dólares no te convierten en cantante, simplemente te convierten en la cara que sale en un póster.
Rebecca Black – Friday
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 15 octubre a las 07:22
La canción me parece fabulosa, soy un ser humano más que agrada de tu estilo y musica. Lo que si puedo darme cuenta es que este mundo cada vez se llena de MEZQUINOS, ENVIDIOSOS e HIPÓCRITAS, que se aprovechan de una Adolescente PRECIOSA para descargar sus frustaciones personales. Eres linda Rebecca Black y sigue adelante sin mirar a los costados, como siempre lo has hecho. Suerte preciosa. Bye.