Suelo hacer bastantes bizcochos, siempre probando recetas nuevas con nuevos ingredientes, pero curiosamente nunca había dado con una receta donde hubiera algún paso diferente a los habituales, algún cambio en la técnica. Hasta el otro día, que me enteré de una variación que modifica radicalmente la textura y el sabor del bizcocho resultante.
Aunque al principio, al leerlo, me pareció que probablemente tuviera que tirar todo el bizcocho, me lié la manta a la cabeza y lo hice. Ese paso extra es, ni mas ni menos, que añadir una cantidad determinada de agua hirviendo a la masa final, o sea, a lo que sería la masa ya terminada de mezclar y lista para ir al horno. Como resultado, obtuve una masa final que no creí que fuese a subir, pues había quedado súper líquida, pero el resultado me dejó asombrado.
El proceso de añadir agua hirviendo a una masa lo había visto en la elaboración de panes, y tiene nombre y origen: se conoce como tang thong y es una técnica asiática que se utiliza mucho en panes de molde, otorgándoles una suavidad y esponjosidad muy característicos.
Si os gustan los bizcochos y no conocéis esta técnica, ¡no se a que estáis esperando para hacerlo! :)
Ingredientes:
- 250 gr. de Harina de trigo normal (yo usé la del Carrefour)
- 2 Huevos M
- 60 gr. de ColaCao
- 20 gr. de Cacao Valor desgrasado (o similar)
- 200 gr. de Azúcar blanco (que yo sustituí por 100 gr. de panela y un chorreón de edulcorante líquido)
- 15 gr. de Levadura Royal
- 250 ml. de Leche desnatada
- 115 gr. de Aceite de girasol
- 115 gr. de Agua hirviendo
- 1 Pizca de sal
- 50 gr. de Lágrimas o perlas de chocolate
La mayoría de los pasos, hasta llegar al final, son los normales. Vamos a ello.
Lo primero de todo es poner en un bol grande, los huevos y la panela (o el azúcar), y batir bien hasta que la mezcla empiece a espumar.
Ahora, añadimos el aceite de girasol, la leche, la sal y el edulcorante líquido (si has decidido echar solo azúcar, obvia este último). Volvemos a batir hasta que se integre todo bien.
Es el momento de encender el horno, a 180º, calor arriba y abajo.
Es el turno del cacao en polvo y el cola cao, y detrás, la harina y la levadura, ambas tamizadas, y volvemos a mezclar bien.
Observaremos que la masa es bastante espesa, pero así debe ser. Ahora es cuando viene el paso extra, que no es ni mas ni menos que añadir los 115 gr. de agua hirviendo, sin miedo, que no va a dañar la masa, y lo mezclamos con las varillas hasta que quede una mezcla homogénea. Comprobaremos que se ha diluido bastante, pero seguimos adelante. Y ahora si, es cuando añadimos las perlas o lágrimas de chocolate y removemos para distribuirlas.
Engrasamos el molde, en mi caso el redondo que utilizo para los bizcochos, y después le espolvoreamos harina. Vertemos la masa en el molde, y al horno, durante aproximadamente 30 minutos (ya sabéis, dependiendo del horno), hasta que el pincho salga limpio.
Pasado este tiempo, y estando ya listo, lo sacamos y dejamos templar un rato. Al desmoldarlo debemos ir con cuidado, ya que lo notaréis mas pesado de lo normal.
Lo colocamos en una rejilla y solo queda dejar enfriar... y ya me contaréis!