Hace ya unos días que no comparto ninguna receta, así que hoy os traigo un plato muy fácil y de diario. Como ya sabéis yo no soy precisamente una gran cocinera, así que lo que me gusta por lo general es preparar platos sencillos, rápidos y nutritivos, pero sin complicarme la vida, la verdad.
Así que hoy os traigo una de mis preferidas, ya que cumple todos estos requisitos: receta de acelgas con garbanzos. Nada de cocina de alto nivel, solo hay que ver las fotos, que el plato no es ni bonito, eso si, está muy bueno
Pero antes de pasar directamente a la receta, os tengo que hablar de su ingrediente principal: las acelgas. La acelga es un alimento típicamente mediterráneo, pues crece de manera natural en los países de Europa regados por este mar. De hecho, yo sin ir mas lejos, las he recogido salvajes en el campo cuando era pequeña, en Murcia.
La principal razón para comer acelgas es su gran contenido en vitamina A, conocida como la “vitamina de la vista” ya que asegura una buena salud ocular. Además, refuerza el sistema inmunológico y favorece el estado de cabello, piel y mucosas. La vitamina A también tiene propiedades antioxidantes, que se complementan con otras vitaminas que se encuentran en las acelgas, como la vitamina C y E. También destacan sus niveles altos de ácido fólico o vitamina B9, fundamental durante el embarazo para un buen desarrollo del feto. Y por último, contiene vitamina K, necesaria para la coagulación de la sangre y el mantenimiento de los huesos.
Las acelgas son una fuente de hierro mayor que las espinacas, a pesar de la fama de esta últimas. Pero además en su composición destacan otros minerales como magnesio (con propiedades antiinflamatorias, relajantes y antidepresivas), potasio (importante para lidiar con la obesidad y la retención de líquidos) y calcio.
Y para finalizar, las acelgas proporcionan una gran cantidad de fibra soluble, la cual favorece el tránsito intestinal, previene el estreñimiento, así como el colesterol alto, y ayuda a depurar el intestino de elementos tóxicos.
Y después de este repaso para saber lo que le estamos dando a nuestro cuerpo, vamos con la receta de acelgas con garbanzos, una combinación ideal para completar el plato con proteínas e hidratos. Con las medidas que os doy salen acelgas para tres personas, o dos que se comen muchas (como nosotros).
Ingredientes:
- 1 manojo de acelgas
- 1 cebolla
- 150 gr de garbanzos cocidos
- una cucharada de pimentón dulce (si os apetece picante, eso ya es opcional)
- sal
- una hoja de laurel
- aceite de oliva
A cocinar!
En primer lugar ponemos en una olla agua suficiente para hervir las acelgas. Le añadimos sal. No os asustéis si os parecen demasiadas, las acelgas reducen muchísimo, por lo que lo que al principio parece que no cabe en la olla, al final no es tanto, se queda en nada. Cuando el agua hierva, echáis las acelgas troceadas. No hace falta que sea muy pequeño, yo las corto en cuadrados de unos dos dedos de ancho. Tardan poquito en cocerse, aproximadamente unos 5 minutos. Yo me guío por el tronco, la parte blanca, cuando se puede pinchar es que ya están. Una vez cocidas escurrimos el agua y apartamos.
En otro recipiente calentamos un chorrito de aceite para sofreír la cebolla picada. Ponemos la hoja de laurel para dar sabor. Cuando la cebolla está dorada, añadimos la cucharada de pimentón. Removemos para que se mezclen bien los ingredientes y agregamos los garbanzos, que como ya están cocidos, sólo tienen que calentarse y enlazarse con el resto.
Para finalizar, yo lo hago de dos maneras. Se pueden juntar directamente las acelgas con el sofrito y removerlo todo para luego emplatarlo. En este caso, tened en cuenta que no debéis pasaros de cocción con las acelgas, porque si todavía las vais a pasar por el fuego una vez más, se van a quedar demasiado blandas. Lo ideal es que los tronquitos estén un pelín crujientes. Otra opción es emplatar las acelgas y poner el sofrito encima, y ya cada uno que se lo mezcle en la mesa.
Yo antes de ser vegetariana, lo hacía con taquitos de jamón, que añadía después de la cebolla en el sofrito, pero una opción a ésta sería poner unos trocitos de tomate seco previamente hidratado. Es otra sugerencia.
Y ya está, como veis una receta rápida, fácil, económica y si la hacéis, podréis comprobar que muy buena. Si la probáis, contadme que tal os ha salido! y si os ha gustado, claro. Y si no, al menos, animaros a incluir las acelgas en vuestra dieta o a consumirlas más a menudo, ya que como habéis visto, tiene muchos beneficios para la salud.