Esta es una receta clásica de las fiestas, pero que podemos preparar y degustar en cualquier momento del año. Quizás, mucho de ustedes la conocen muy bien, sea porque tienen sus raíces en la Europa Central o por la difusión que cobró esta preparación bien sencilla, pero deliciosa. Y cuando digo deliciosa no estoy exagerando. Es que cada bocado me sabe a gloria con su sabor delicado, cremoso y su aspecto similar al de un polvorón (pero, más rico, según mi parecer).Por la rama alemana de la familia me llegan estos dulces navideños a los que les hice una pequeña modificación de la receta original porque me resisto (siempre que puedo) a usar crema de leche, intentando que la preparación sea menos pesada y que no pierda - en este caso en particular - las propiedades benéficas de las nueces para bajar el colesterol, sumándole las no benéficas de la crema de leche...
La verdad es que nadie supo decirme el simbolismo o los orígenes de estos rollos de nuez y sólo me explicaron que se llaman Walnuss-Brötchen. No sé si encontré a mi tía en uno de sus días malos (Jajajaja) o, si en verdad, no tiene la menor idea; pero, si alguno de ustedes conoce sus orígenes, por favor no duden en pasarme el dato.
Aquí les dejo la lista de ingredientes.
Ahora sí, manos a la masa.
Prendé el horno y dejalo que se precaliente a 180°C. Mientras tanto, tamizá en un bol 250 gramos de harina 000 con una pizca de sal y 3 cucharaditas de polvo para hornear. Añadí 50 gramos de fécula de maíz tamizada, la ralladura de un limón (si es de tu huerta o jardín, mucho mejor) y 100 gramos de azúcar.
Mezclá los ingredientes secos con cuchara de madera y agregá 100 gramos de manteca blanda o a temperatura ambiente.
Incorporá la manteca con un tenedor. En un bol más pequeño, integrá 1 yema de huevo (fresco, de campo u orgánico es mucho mejor) con 2 cucharadas de vino dulce (yo usé vino Oporto. Podés utilizar cualquier otro que tengas en casa o que consigas con facilidad: algún vino cosecha tardía, un Moscato italiano, Mistelas o Madeiras).
Añadí la mezcla de huevo con vino dulce a la preparación anterior y, ayudándote con un cornet (espátula de panadería), integrá los ingredientes.
Agregá de a poco la cantidad que requiera la masa de leche (yo utilicé descremada). En mi caso, no superó la media taza.
Amasá hasta obtener una masa tierna y suave. Envolvela en papel film y dejala descansar en la heladera por unos 15 minutos.
Mientras la masa se asienta en la heladera, prepará el relleno de los rollos. Para ello, colocá en el vaso del mixer o la procesadora de alimentos 150 gramos de nueces (la variedad que te agrade más o las que consigas en el lugar donde vivís) y 100 gramos de azúcar.
Procesá los ingredientes hasta obtener una arenilla gruesa.
Agregá 3 cucharadas bien copetonas de queso crema light (la receta original lleva crema de leche; sin embargo, con esta opción, la receta se vuelve más liviana, aportamos menos calorías a nuestra dieta que ya se ve bastante diezmada en época de fiestas, y nadie nota la diferencia).
Ahora, procesá hasta obtener una crema untable de aspecto y sabor muy agradable.
Una vez pasado el tiempo de descanso de la masa, colocá el bollo (que, probablemente haya engordado un poquito en la heladera) sobre la mesa de trabajo enharinada y, con palote, estirá muy bien la masa, dejándola de 1/2 centímetro de espesor. Tratá que quede con una forma rectangular para desaprovechar la menor cantidad de masa posible.
Aquí hay dos opciones: podés partir la masa estirada en dos porciones rectangulares, obteniendo rollitos (en lugar de rollos) de nuez o podés utilizar toda la masa (como es mi caso, porque es lo que siempre vi en mi familia) y quedarán porciones más grandes (al estilo de un polvorón; salvando las distancias).Te recomiendo no manosear mucho la masa para no transmitirle el calor de nuestras manos, evitando así que se ponga muy pegajosa. De cualquier manera, si lo necesitás, podés ayudarte con un poco de harina extra para que no se malogre la receta.Con espátula o cuchara, repartí en porciones la pasta de nueces, azúcar y queso crema para distribuirla lo más parejo posible. Esparcila muy bien sobre toda la masa, cuidando no romperla.
Enrolla la masa de manera prolija y apretada para que no queden huecos de aire. No te hagas problema si no te queda un rollo absolutamente perfecto y homogéneo (y, como a mí, le queda alguna pancita). De cualquier modo, lo más importante es que quede la crema de nuez bien repartida y el rollo lo más apretadito posible.
Con un cuchillo enharinado, cortá porciones de unos 2 centímetros de espesor (si deseás unos rollos gorditos porque algo levan en el horno) o más finos si así lo preferís.
Disponé las porciones sobre placa para horno enmantecada, dejando un poco de espacio entre cada una.Horneá por unos 30 minutos aproximadamente (todo depende de tu horno) o hasta que se doren ligeramente.
Todavía tibias, rocialas con glasé o espolvoreales azúcar impalpable.
No me digan que no son bien simples de preparar estos rollos de nuez, muy típicos de las Navidades centroeuropeas, pero aptos para consumir en cualquier momento del año.
Tiernos y bien aireados gustan a grandes y chicos, siendo bienvenidos en cualquier mesa dulce de fiestas.
Cuando los mordemos o partimos, podemos ver claramente las franjas de masa aromatizada con ralladura de limón y las franjas de crema de nuez.
Si ya conocían los rollos de nuez, aquí les dejé mi variante sin crema. Pruébenla y me cuentan qué tal les quedó con esta modificación. Verán que si no lo anuncian, nadie nota la diferencia.
Si todavía no los conocen, llegó el momento de tomarse un ratito por la tarde y prepararlos porque serán el alma de la fiesta con su delicado sabor y textura.
Les agradezco, una vez más, su compañía (porque deprime eso de andar hablando sola) y nos volvemos a encontrar en pocos días con otra receta para celebrar la Navidad y el Año Nuevo.
¡Cariños para todos!
Les recuerdo que participo en la categoría Gastronomía del concurso El mejor blog del año y que si quieren votarme pueden hacerlo en La Blogoteca-20 minutos.es Hay tiempo hasta el 28 de enero.