Revista Cocina

Recetas para niños: Montañas de patata con rebozuelos y cinta de lomo de cerdo

Por Elmapachefeliz @MapacheFeliz

Recetas para niños: Montañas de patata con rebozuelos y cinta de lomo de cerdo
Hoy no os traigo una gran receta. Ni siquiera una foto espectacular. Hoy os traigo algo infinitamente más importante: un recuerdo, un sentimiento.
Cuando me he levantado esta mañana me he encontrado en el periódico que el gran Miliki había fallecido. Un icono de muchas generaciones, un Payaso con mayúsculas que hizo las delicias de pequeños y esos "niños de 30 años" a los que con tanto cariño se refería siempre.
Y hoy precisamente la receta va dedicada a los niños y a los niños de 30 años como nuestro pequeño mapache aprendiz.
Que levante la mano quien no se haya pasado horas y horas revolviendo el puré de patatas para hacer montañas, carreteras, túneles y construcciones. Si tú eres de los que amenizaba sus purés de patatas con fantasías... la receta de hoy será un cachito de tu infancia.

El material usado:


- Fantasía, creatividad e imaginación para comer
- Cazuela
- Tenedor (fundamental)
- Sartén
- Espumadera
- Un par de recipientes

Los ingredientes:


- Patatas
- Mantequilla
- Rebozuelos
- Cinta de lomo de cerdo
- Perejil

El proceso:


Lo primero que haremos será el puré de patatas. Cortaremos unas cuantas lo más chiquitito que podamos para que luego sea fácil hacer el puré. Unos 15 o 20 minutos después de ponerlas a hervir estarán más que hechas.
Con ayuda de una espumadera, las "colaremos" (el caldo lo reservamos, no lo tireis) y pasaremos al recipiente sola y exclusivamente la patata (vale, con un poquito de líquido, pero lo mínimo posible). En ese recipiente estará esperando una loncha de mantequilla para dar un toque muy especial al futuro puré de patatas.
Con ayuda de un tenedor, iremos mezclando la mantequilla y las patatas calientes, estrujándolas con cuidado y haciendo un puré "grosero". Esto quiere decir que no tiene que quedar una crema increíble perfectamente homogénea, sino que tiene que quedar un puré artesanal, con cachitos, como los que hacía mamá.
Una vez deleitados en el ancestral arte de hacer purés caseros, nos pasaremos a la cinta de lomo. La cortaremos en cachitos "de bocado" y los pasaremos a un recipiente donde habrá un chorrete de aceite, lo justo para rebozar el lomo y que quede ligeramente impregnado de aceite. De momento NO echaremos sal, lo dejaremos para cuando hayan salido de la sartén.
Nos iremos a la sartén, la pondremos a calentar muy muy fuerte y cuando humee echaremos el lomo para que se tueste por fuera y por dentro quede jugosito. Cuando lo saquemos, el caldo que quede lo devolveremos de la sartén a la cazuela del caldo de patatas :)
En esa sartén echaremos los rebozuelos ya limpios y cortados en cachitos. No necesitarán mucho tiempo en la sartén, así que estad atentos. A estos sí que les echaremos sal desde un principio, pero tampoco demasiada. Nuevamente el caldo que salga, lo echaremos en la cazuela del caldo de las patatas.
¿Y qué nos queda? Reducir ese caldito. Cuando lo tengamos, nos vamos al montaje :D

La finalización:


Ha llegado la hora mágica, la hora de recordar el arte de construir con tenedor.
Pondremos un montón de puré de patatas en la bandeja o plato que vayamos a usar. Con ayuda del tenedor... bueno, supongo que esto no hace falta contárselo a nadie, pero por si acaso: con ayuda del tenedor iremos modelando desde abajo hacia arriba, para irle dando esa forma de "montaña" que tanto nos gustaba de pequeños.
Es importante que queden surcos, porque no estamos en una clase magistral de arcilla o barro, estamos recordando la infancia y esos surcos eran (y siguen siendo) muy especiales.
Cuando hayamos gastado media hora perfeccionando y equilibrando la montañita, pasaremos a servir el cerdo y los rebozuelos. Yo he optado por dos montañas, así que a cada una le ha tocado un tipo de compañamiento en la base. Me planteé hacerlo como si fuera un desprendimiento, pero creo que un niño pequeño no llega a tanto nivel de perfección, así que lo dejo a la libre elección de cada cual :P
Lo que sí que haremos será verter el líquido espeso que hemos reducido por encima de las montañas para que vaya escurriendo, mojando todo y dejando un charco en el centro del plato.
Finalmente, espolvorearemos con perejil al gusto y... ¡¡ venga, a comer !!


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