Recetas: Patatas hasselback con salsa veraniega
Llevaba mucho tiempo detrás de hacer esta receta y hoy, que me he levantado sin ideas en un día gris y lluvioso, me ha venido la inspiración de hacerlas.
Las patatas hasselback son unas patatas al horno normales y corrientes, salvo por el detalle de que se abren en modo librillo y se les mete ajo en cada "página".
Por lo demás, esta receta es muy agradecida: cualquier salsa o acompañamiento que pongas quedará bien. Y es que esa es la ventaja del arroz, pasta y patatas: aceptan prácticamente cualquier cosa.
Nosotros hemos optado por una salsa un tanto refrescante y divertida, que partió de la idea original de un pesto. Como no teníamos ni piñones ni queso, nos pusimos a pensar. Y esta receta es lo que salió...
El material usado:
- Horno.
- Batidora y su vaso.
- Sartén.
Los ingredientes:
Para las patatas:
- Patatas.
- Ajo.
- Aceite.
- Mantequilla.
- Albahaca fresca.
- Ajo.
- Limón.
- Vinagre.
- Aceite.
- Agua.
- Pan rallado.
El proceso:
- Limpiamos bien las patatas, ya que vamos a hacerlas con piel incluída. Secamos y llevamos a la tabla de corte.
- Para evitarnos esperas posteriores, vamos calentando el horno a 200º.
- Vamos haciendo incisiones hasta llegar casi abajo. No hay que cortar rodajas enteras, sólo que pueda abrirse. Hay gente que usa un cucharón o palillos chinos para hacer de tope... a mí me resulta engorroso y lo he hecho a ojo. Y creo que ha quedado bastante bien, sólo hay que tener cuidado :)
- Cortamos en láminas los ajos. Más o menos es uno por patata, pero depende del tamaño del ajo, de la patata, del número de cortes en la patata y del número de cortes en el ajo. Conclusión: ve cortando ajo y vas metiendo un poquito en cada incisión de la patata. Esto permitirá que quede abierto y se hará mejor en el horno.
- Echaremos un poquito de aceite por encima para que vaya cayendo por las incisiones. Finalmente, pondremos unos taquitos de mantequilla por encima de las patatas.
- Metemos las patatas al horno, que ya estará caliente y lo dejamos unos 45 minutos. Depende nuevamente de la patata, del horno y otras muchas cosas, así que vigiladlo eventualmente para que no se os pase.
- Vamos a ir preparando la salsa, para lo cual tostaremos en una sartén el pan rallado. Esto le dará un sabor diferente, un color diferente y eliminará posibles "humedades" del pan. En mi caso, ayuda bastante :)
- Mezclaremos en la batidora el pan rallado, un buen chorro de aceite, un chorrito de vinagre, un poco de zumo de limón, un ajo grandote y unas hojas de albahaca. Si vemos que queda un poco fuerte, podemos echar agua para rebajar, pero sin pasarnos...
- Batiremos la salsa hasta que quede bien integrado, pero sin que quede totalmente integrado. Es decir, que se vean cachitos de lo que lleva, pero que no haya una hoja de albahaca entera o medio ajo pululando por ahí.
- Hora de la presentación y degustación ;)
La finalización:
Pondremos las patatas en un plato, escurriéndolas de la grasilla que pudiera haber y pondremos un poco de la salsa por encima.
Aquí entra en juego lo ligera o espesa que hayais hecho la salsa: si la haceis suficientemente ligera, caerá por las incisiones y quedará muy bonito. Si no, simplemente quedará un pegote por encima... lo cual no es necesariamente feo :)
En cualquier caso, dado que esta salsa está muy muy muy rica, recomiendo echar un poco en el plato para ir mojando mientras se come.
Consejos y apuntes finales del chef:
Si quereis aligerar el proceso, podeis pervertir la receta y meter las patatas en papel de aluminio. Evidentemente no quedará igual y la piel no quedará crujiente, con lo que matareis el espíritu y la gracia de esta receta.
Si esta salsa no os gusta, podeis echarle lo que querais. Salsa picante, salsa de tomate, salsa verde... las posibilidades son infinitas.