Mañana, jueves, día 13 de febrero, en Madrid, en la librería asociativa Traficantes de Sueños, a las siete y media de la tarde, tendrá lugar un recital de presentación de la colección de poesía "Voces del Extremo", de Ediciones Amargord, con los siguientes poemarios: Auswichtz 13, de la poeta asturiana Ana Vega; Poesía de uso, de Antidio Cabal; y la antología Voces del extremo. Poesía y resistencia, en la que tengo el orgullo de estar incluido.
Participarán los poetas Gsús Bonilla, David Benedicte, Ivan Rafael, María Ángeles Maeso, Antonio Crespo Massieu, David Bobis, Matías Escalera Cordero y Alberto García-Teresa, y los versos de Ana Vega y Antidio Cabal.
Cuestionar la verdad. Una verdad que el ser humano parece negar ahora ynegarse también escondiendo en el núcleo de dicha hipocresía no sólo unacobardía clara, también la desesperanza de quienes han perdido ya su condiciónhumana, esa especie de masa informe que siempre han intentado convertir eninstrumento de guerra, y de beneficio, todos aquellos que sigan encerrándonosen campos de exterminio, quemándonos en la hoguera y colocando contra lapared por no cosernos la boca a las entrañas mismas y cerrar así toda posibilidadde expresión mínima. Anular al que consideran débil por la única razón deatreverse a negar, activar su conciencia y defender todo aquello que otrosintentan ocultar por todos los medios para lograr así mantener su estatus ytambién una mansedumbre generalizada.
Invoquemos pues el tiempo de la rebelión, conjuremos esta domesticación atrozcon la que adormecen nuestros cerebros.
Ana Vega (de Auswichtz, 13)
Si hay hambre, qué sentido tienenel poder ejecutivo, el poder legislativo, el poder judicial,
y qué sentido tiene la Iglesiay qué sentido el arte, y para qué valenel Tribunal Supremo de Eleccionesy las misas los domingos,
morimos desnutridos cuando nos llevan al cielo
Antidio Cabal (de Poesía de Uso)
VEINTE GRAMOS DE RESISTENCIA
Sólo es una golondrinaen el cable del funambulista.
No será preciso ningún disparo:Es un excedente de la cuadrilla,el obstáculo interno de las fábricas.
No está hecha de excesos,como el gran albatros,ni son superfluas sus alas.Sólo parece exagerado su impávido mirar.Sobrantes sus horas extras de equilibrio.
A ratos mira el rastro de los que huyerony a veces, escucha en los tapialesun clamor de loza o huesecillosque repica en su tambor del pecho.
Con el pasado es fácil perder piey ella parece esperar algoque aún tiene que dar la cara.
De vez en cuando ladea el cuelloy mira como si no llevara nada encima,como quien ya no se preguntapor dónde ha llegado a esto.
Sabe que no será preciso ningún disparo:Bastará un simple dedo del pie dormido,una trampa más del horizonte por acercarsey la gota contenida en el lagrimalserá una tonelada. No asomará.
Así te alcanza su canciónde apenas veinte gramos.Así, en las descargas eléctricas del mutismo,se moverán los labios de quien ya no ves.
María Ángeles Maeso (de Voces del Extremo. Poesía y resistencia)