En 1996 apareció el primer gran coche eléctrico; bonito, rápido y práctico. Fuera de EEUU, apenas se habría oído hablar del EV1 si no fuera por el documental Who killed the electric car (2006). Para conocer la historia completa, recomendamos éste interesante y completo artículo en terra.org.
Algunas voces agoreras se recrearon en el “esperado fracaso” del EV1, ya que la demanda energética de un vehículo eléctrico, según ellos, puede ser mayor que la de uno de gasolina. Si esto fuera verdad, el usuario dejaría de ser un adicto a la gasolina para vender el alma a las compañías eléctricas, con los problemas añadidos de una grave carestía energética y todo el CO2 generado desde las centrales térmicas para abastecer a la nueva flota de vehículos.
La pregunta es: ¿Hasta que punto puede ser eficiente un vehículo eléctrico? En el artículo de terra.org antes mencionado aportan cifras muy interesantes: Comparando un RAV4 eléctrico con un RAV4 “habitual”, el vehículo de gasolina consume (por milla) casi cinco veces más energía. “Si tenemos en cuenta que recorre entre 3 y 4 millas (de 4,8 a 6,4 km) por kWh y con el mismo se recorren unas 12.000 millas (cerca de 20.000 km) año basta con un sistema fotovoltaico de 1,5 a 3 kWp (que ocupa de 13 a 27 metros cuadrados de superficie) para generar la electricidad consumida por el vehículo.”.
Con nuevas y mejoradas tecnologías fotovoltaicas, los vehículos eléctricos pueden ser rentables, tanto para el consumidor como para un floreciente e interesante mercado de energías renovables. Veremos, en la tercera parte, el paso decisivo para que el futuro del coche eléctrico se haga presente… aunque quizá tengamos que replantearnos los conceptos de propiedad y estética, así como admitir la verdadera utilidad real de nuestros vehículos.
Video: Who Killed the Electric Car (subtitulado, parte 1)