Para que la mujer embarazada practique el método Pilates de manera totalmente segura, los ejercicios necesitan ser modificados; con lo cual, no es aconsejable acudir a una clase de Pilates en un gimnasio normal, es importante asegurarse de asistir a una clase de pilates prenatal con un instructor calificado.
En algunos movimientos de pilates se requiere recostarse sobre su espalda, pero la mujer embarazada no puede estar en esta posición mucho tiempo, pues podría causar que su útero presione la vena que regresa la sangre al corazón desde la parte baja del cuerpo e interfiera con el flujo de sangre y nutrientes que son enviados a la placenta y a su bebé en desarrollo.
Después del segundo a tercer trimestre evita acostarte sobre la espalda. Así como los ejercicios que estiren mucho el abdomen.
Es muy importante monitorear tus latidos y respiración para evitar hacer demasiado ejercicio. Si te encuentras con dificultad para respirar, tómate un descanso.
Recuerda que tu centro de gravedad ha cambiado, así que ten cuidado a la hora de realizar estiramientos. Por esta razón usa los ejercicios que incrementan la estabilidad y el balance.
Debes tener mucha precaucion y cuidado de no esforzar demasiado tu cuerpo con movimientos complicados. No exagerar en el estiramiento de ligamentos y articulaciones ya que durante el embarazo se produce en mayor cantidad una hormona llamada Relaxin, encargada de aflojar huesos y músculos para dar espacio al bebé.
El instructor debe basar sus ejercicios en la corrección postural, suelo pélvico y control en la respiración, pues son cuestiones muy importantes a la hora del parto.
Finalmente, siempre consulta con tu doctor antes de iniciar la práctica, más si eres principiante.