Reconciliandonos con la carne roja…

Todavía recuerdo lo decepcionado que me sentí al enterarme de que comer mis hamburguesas favoritas todos los días, era considerado malo para la salud. Uno de los motivos, la carne de res que contenía. A veces podemos sentirnos un poco deprimidos, algunas veces hasta molestos porque muchas de las cosas que disfrutamos en realidad se tratan de elementos nocivos y nos pensamos con la amarga obligación de tener que abandonarlas para siempre.

Pero algo bueno es que conforme avanza el tiempo y se hacen más estudios, logramos descubrir que el equilibrio es la clave de todo. ¿Qué quiere decir esto? Que entre abandonar definitivamente lo que nos gusta o lanzarnos sin restricciones, lo que en realidad importa es buscar la forma de integrarlo a nuestra vida de manera inteligente, así podemos disfrutar lo que sea, sin sentirnos culpables. En este caso hablaré sobre uno de mis alimentos preferidos, la carne roja.

¿CARNE ROJA?

Ésta que recibe el nombre de su color, es la que proviene principalmente de los mamíferos, las reces, cerdos, cordero, etc. Con algunas excepciones, por ejemplo el conejo que se considera carne blanca, y algunas aves que sí se consideran carne roja, como lo son el ganso y el pato.

Varios se acordarán de Pedro Picapiedra y su gusto por la carne, también de su excusa al decir que no hacía daño, alegremente afirmando que podría vivir hasta los 35 años. Bueno lo cierto es que en la actualidad aspiramos a vivir un poco más. Ésta y otras situaciones son ejemplos de todos los males que se le han atribuido a la carne roja. Y aunque no podemos negar muchos de ellos, tampoco son motivo para descartar sus maravillosos beneficios, porque sí que los tiene:

• Proteínas: De la mejor calidad, ayudan a reconstruir los tejidos del cuerpo, fomentan el crecimiento y aumentan las defensas del cuerpo, protegiéndolo de enfermedades.
• Hierro: Que ayuda en caso de anemia. Además el hierro de la carne roja, se absorbe más fácilmente que el de los vegetales.
• Zinc, Fósforo, Magnesio y Selenio: También ayudan al crecimiento y al buen funcionamiento de tu cuerpo.
• Ácidos grasos omega 3: Saludables para el corazón, pero la cantidad de ácidos grasos depende del tipo de carne.
• Vitamina B12: Mantiene el sistema nervioso central, y promueve la formación de glóbulos rojos.

Sin embargo hay que ser justos, y no solo centrarnos en la parte buena, entre los males que causa la carne roja resaltamos:

• Que a su alto consumo se le atribuye la obesidad y otras enfermedades cardiovasculares.
• Que aumenta la posibilidad de sufrir diversas enfermedades, como el cáncer.

Como hemos dicho antes, hay que buscar el equilibrio, para de esa forma maximizar los beneficios al mismo tiempo que reducimos su lado negativo al mínimo, es decir, hay que aprender a comerla. Se recomienda primordialmente la carne magra ya que contiene una menor cantidad de grasa. Los estudios indican que siendo magra podemos permitirnos hasta 170 gramos al día, en el caso de los hombres, y 150 en el de las mujeres.

Las carnes más saludables que podemos encontrar pertenecen a la ternera y el cerdo, principalmente su lomo, con las demás partes hay que seguir teniendo cuidado. Si la carne no es magra, entonces debemos reducir las porciones a una por semana no superando los 210 gramos o el cuarto de kilogramo aproximadamente.

REFLEXIONEMOS

Finalizando cabe aclarar algo que puede sonar increíble, pero antes la carne solía ser más saludable, y el responsable de que con el paso del tiempo su contenido nutricional se haya empobrecido, es el hombre. Todo resultado de la industrialización, ya que la forma de producción actual de carne se rige por la cantidad y la velocidad. Existen proveedores de carne que crían a sus vacas de forma diferente, más humana. Eso mejora muchísimo la calidad de su carne. Más difícil de conseguir, pero vaya que vale la pena.

Recuerda, come variado, disfruta, experimenta.

Agradecemos a MIGUEL KEVIN SOTO AVILA y a ERICK CRUZ por su colaboración en este artículo.