Yo Escribo Mayo
Eelynn Cuellar
Hello, Hello!!!
Y un mes ha llegado y aquí están mis seis relatos de este mes, donde las palabras a utilizar son: Violeta, Desierto, Ternura, Pantufla y Chicle. Cada palabra utilizada de manera independiente y una donde utilizo las 5.
Ya me dirán que les han parecido!!!
Violeta / Desierto / Ternura / Chicle / PantuflaDestrucción
No sé cómo es que sucedió... En qué momento perdimos el camino y llegamos a esto.
Mi casa hermosa y perfecta, pintada de color violeta, está destruida completamente, parece una zona de guerra, un desierto donde la vida ha terminado.
Me levanto de la cama y solo me pongo la única pantufla que encuentro junto a mi cama, la verdad es que tampoco busco demasiado, no vale la pena ese esfuerzo.
El silencio que reina a mi alrededor no me tranquiliza, me eriza los vellos de la nunca, me siento observada, acechada, como si en cualquier momento me fuera a convertir en su presa de nuevo.
Bajo con cautela los escalones y con mi pie descalzo piso un chicle masticado que dejó a media escalera. Con asco lo retiro y lo dejo caer de nuevo en el suelo.
Sigo caminando en el caos y es cuando lo escucho, viene por mí. Estoy perdida, lo sé.
Antes era pura ternura y lo amaba, ok, este sentimiento lo sigo teniendo y lo sigo amando como el primer día aunque me lastime.
«Guau, guau, guau».
—Rufino —digo en el momento en el que mi gran danés me tira al suelo— ¿Cuántas veces te he pedido que no te me avientes así? —estamos nariz con nariz y si baba cae en todo mi rostro—. Antonio, no te quedes ahí nada más viendo, y quítame a este monstruo de encima —digo tratando de esquivar su lengua.
VioletaAmor, Amor, Amor
Violeta... Cuando escuché su nombre quedé totalmente enamorado de ella, incluso como parte de mi obsesión, llené la casa de mi madre con violetas y hasta le compré un perfume de esta flor.
Por mucho tiempo me conformaba con verla de lejos, admirarla en secreto y un día, cuando me di cuenta que alguien más me la podría robar, fue que supe que debía acercarme a ella y declararle mi amor
—¡Oh hermosa damisela! —me arrodillé frente a ella con un enorme ramo de violetas africanas— me pongo a tus pies con la esperanza que aceptes salir conmigo y me conozcas
—Muñeco, la hora la cobro en mil pesos y tú pagas el hotel —me respondió con una voz grave, más gruesa que la mía.
Claro, al escuchar su voz, me puse de pie y salí pitando de ahí. Joder, que me ha dado un susto y me di cuenta que viéndola... Viéndolo bien, es que no es tan bonita como creí.
Nota mental para mí:
Cuando salga en la noche, debo ponerme mis anteojos siempre.
DesiertoQuejas
Árido, seco, sin vida —o casi sin ella—, y un calor infernal o un frío congelante... esa es la definición o mejor dicho así creo que es un desierto.
¿Lo conozco?
Por supuesto que sí. Yo vivo en uno de ellos. Uno muy chiquito en realidad.
¿Creen que estoy mintiendo?
Pues vengan a mi casa, verán ese condenado jardín más muerto y triste que la sonrisa de la Mona Lisa y el interior de la casa en las mismas condiciones, si están en verano se derriten o si es invierno se congelan, soy tan pobre y la electricidad es tan costosa que no me puedo dar el lujo de tener calefacción en mi casa.
Ahora, ¿nieguen que no vivo en un desierto?
TernuraHijos...
Siempre había escuchado que no existía nada más tierno que ver a un recién nacido... ¿En verdad creen eso?
Ja ja ja pobres incautos que caen en esta trampa. Esas criaturas lo que menos provocan es ternura, son... Son unos seres fríos y calculadores, son seres endemoniados que solo esperan que cierres los ojos para intentar dormir cinco minutos para comenzar a llorar, ya sea porque tienen hambre, calor, frío, ya se mojaron o simplemente tienen ganas de verte, pero claro, si maldad no se detiene ahí, lo mismo sucede cuando te quieres bañar, comer, ver la televisión o leer.
Su único propósito en esta vida es desgastarte hasta que ya no puedas más... Creí que conforme crecieran se harían independientes. Tres años... Nada. Diez, tampoco, quince, veinte, treinta, cuarenta... Y los muy condenados siguen buscando el apoyo de su madre.
Claro... Por supuesto, quién dijo que eran tiernos y la cosa más hermosa, fue la tía, la abuela, la amiga, la vecina... Cómo ellas no deben cuidarlos, alimentarlos, vestirlos por los siguientes cincuenta o sesenta años, pues no saben de lo que hablan.
Atte.Una madre desesperada y cansada con su ternurita de cuarenta años que todavía quiere sus hotcakes en forma de dinosaurio todas las mañanas.
ChicleManías
Siempre he sido de mascar chicle, a todas horas, en todos los lugares. Recibí muchas críticas y regaños por eso mismo, pero nunca pude quitarme esa costumbre. Amaba hacer pompas mientras mascaba y entre más grandes salieran más satisfecha me salía.
Un día me metí a la boca varias pastillas y con gran trabajo, que ya me dolía hasta la mandíbula, pero inflé, inflé, inflé lo más que pude hasta que reventó y explotó en mi rostro.
Me sentía orgullosa, hasta que comprendí que el chicle no saldría tan fácilmente de mis cejas, pestañas y cabello.
Después de eso, odio mascar chicle y como tengo la costumbre de tener algo en la boca, pues ahora me muerdo las uñas o el cabello.
PantuflaRecuerdos
Aún recuerdo cuando mi abuela cuando algo no le parecía, nos lanzaba su pantufla directo a la cabeza, y condenada viejita tenía un tino, que decía que donde ponía el ojo ponía la bala. No había perdido su tino, ella fue maestra de primaria por demasiados años y en aquel entonces lanzaba el borrador... Que bueno que nunca fui su alumno.
Se fue hace tan solo un mes y hoy hemos venido a escoger y guardar sus cosas, y al ver su zapatilla es imposible contener las lágrimas. La extraño mucho y me hace mucha falta.
Y bueno, estos fueron las historias que escribí para este mes.
Que les parecieron???
Y ya saben durante el mes salen las recopilaciones mensuales con los relatos de los demás autores y el quincenal donde hay dos semanas del reto semanal, así que por leer pequeñas historias no se pueden quejar.
Gracias por leerme y nos leemos pronto.
Besitos!!!