Una docena de sabios designados por el Gobierno se reúne hoy por última día para estudiar y dar los últimos retoques al informe que han elaborado sobre la reforma de las pensiones (recordar que, en neolenguaje, reforma es recorte). Por un lado, el informe aconseja al Gobierno ligar las pensiones no con la inflación, sino con el estado de ingresos y gastos del sistema, lo que las condena a bajar irremisiblemente en un proceso de crisis continuada y a nuestros pensionistas a reducir su poder adquisitivo, por si hasta ahora no hubiera sido suficiente. Por otro, y para los pensionistas del futuro, el informe apunta la idoneidad de ligar las pensiones a la esperanza de vida, lo que se traduciría en una menor pensión mensual dado que ésta va en aumento año tras año. Para compensarlo, la solución aportada por estos 12 expertos es trabajar más allá de la edad legal de jubilación y, por tanto, poder cobrar una mayor cantidad llegado el momento aunque durante menos tiempo.
El hecho de que ocho de estos 12 expertos estuvieran ligados a la banca y a las empresas aseguradoras, como publicaba el diario Público, y de que solo tres estuvieran a favor de un sistema público de pensiones, según informaba una semana antes InfoLibre, avanza el previsible final de lo que amenaza con convertirse en una película de bajo presupuesto realizada sin talento. Así que dejémonos de eufemismos: no son expertos, son hombres a sueldo, contratados para nutrir de argumentos la destrucción del sistema público por otro mucho más oneroso, privado, en el que unos pocos se enriquecerán a costa de los más vulnerables: los jubilados. Y no hay que olvidar que, en esta situación extrema, son muchos de ellos los que están sustentando a sus hijos en paro, a sus nietos sin becas de comedor.
No parecen muy listos estos expertos: deberían saber que la miseria solo atrae miseria y no es un negocio rentable ni siquiera para ellos lanzar torpedos a la línea de flotación de la clase trabajadora, que aporta el 90% de los ingresos del IRPF. Pan para hoy, hambre para mañana. Y se les supone que, como expertos que son, deberían haber extraído alguna lección de errores (no tan pasados) basados en pelotazos, burbujas y ganancias fáciles, rápidas y libres de impuestos. Si lo único que se les ocurre es recortar, habría que buscar verdaderos expertos: los hay y más de un jubilado podría cumplir el cometido a la perfección. Si se ve venir…