La anquiloglosia o lengua anclada es un trastorno congénito que se caracteriza por un frenillo lingual corto que provoca diferentes grados de incapacidad en el uso de la lengua, según la gravedad del trastorno. De este problema ya hemos hablado anteriormente destacando que impedía la lactancia del bebé, por fortuna la labor que han realizado las matronas durante siglos cortando el frenillo sublingual nada más nacer el bebé, ha facilitado la lactancia materna. En el siglo XX esta práctica se abandonó y en el actual siglo se ha retomado coincidiendo con el auge de la lactancia materna.
Pues bien, actualmente parece ser que se esperan hasta 84 días tras el nacimiento para rectificar el problema del frenillo sublingual en los bebés, son demasiados días de espera que pueden evitar que los bebés puedan disfrutar de la lactancia materna. Al parecer, en el Reino Unido nacieron en el año 2013 más de 15.000 bebés con este problema, el frenillo corto impedía que pudieran succionar y por tanto ser amamantados, teniendo en cuenta que se recomienda la lactancia materna desde el nacimiento durante un periodo mínimo de seis meses, y que los primeros días la leche materna ofrece una cantidad de nutrientes muy beneficiosos para los bebés, el problema del frenillo debería ser solucionado tan rápido como lo hacían antaño.
En Reino Unido existe una gran disparidad en el tiempo que se tarda en cortar el frenillo, algunos hospitales tardan una media de 84 días en aplicar la solución, mientras que el tiempo de espera medio a nivel nacional en los centros hospitalarios es de 21’6 días. Esto provoca que muchos padres tengan que optar por el sistema sanitario privado para solucionar el problema del frenillo corto de la lengua en el bebé.
Este tiempo de espera no casa con la política de promoción de la lactancia materna, además se delata que miles de bebés no reciben con la rapidez necesaria el tratamiento que necesitan, las madres que desean amamantar a sus bebés no pueden hacerlo y al final se opta por la leche de fórmula. Pensando mal, se podría decir que existen intereses para que no se solucione rápidamente la anquiloglosia o lengua anclada, ya que ante la imposibilidad de la lactancia materna, no queda otra que recurrir a la lactancia artificial.
Claro, como hemos indicado, se puede recurrir al servicio de salud privado, pero la operación es cara y muchas familias no pueden asumir el gasto. Esto no es aceptable, los centros hospitalarios deberían actuar como las matronas de antaño y proceder a la solución del problema nada más nacer el bebé, ¿por qué tanto tiempo de espera? En definitiva, esta es otra de varias cuestiones que frenan e impiden la lactancia materna, por ello se invita al gobierno del país a afrontar el problema y evitar los retrasos, así como garantizar que el procedimiento esté disponible en cualquier centro de servicio nacional de salud.
Algunas investigaciones realizadas antaño muestran que el hecho de cortar el frenillo rápidamente mejoraba la alimentación de los bebés en un 95%. Con respecto a la cirugía parece que ocurre algo similar al Reino Unido y dependiendo de la comunidad se soluciona con más o menos rapidez. Al respecto os invitamos a leer este documento titulado Anquiloglosia en recién nacidos y lactancia materna. El papel de la enfermera en su identificación y tratamiento.
Vía | The Guardian
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Rectificar el problema del frenillo sublingual en los bebés con rapidez