Ya lo dice el refranero de nuestra cultura popular, “Errar es de humanos, rectificar es de sabios”.
Yo no me considero una “Sabia”, sé algo de la vida y, sobre todo, sé que me queda mucho por aprender. Desde que nacemos hasta que nos vamos tenemos que ir aprendiendo.
Con motivo del DÃa de la Madre, Yves Rocher lanzó una serie de promociones entre las que estaba un maletÃn – neceser metalizado. Yo soy cliente habitual, tiene cosas que me entusiasman y que uso habitualmente en mi “ritual de belleza”, vamos que me hace de Virgencita de Lourdes muchas veces. Publiqué un post con esas promociones para que os pudierais beneficiar también pero … no habÃa manera de que se cargara en la cesta el dichoso maletÃn, daba errores una y otra vez. Lo intenté con mi cuenta, con la cuenta de Óscar y nada. Me mosqueé mucho y avisé del error que tenÃan a los que seguÃs el blog en Facebook y luego les mandé un e-mail quejándome del problema que habÃa.
La mayor parte de las marcas no hubieran hecho nada, ya me pasó con Sephora con una miniatura de perfume, fui a recogerla y no conocÃan ni la promoción, les dije lo que pasaba y escurrieron el bulto como les dio la gana, asà que me quedé con la cara de imbécil y la sensación de tomadura de pelo por parte de una cadena de perfumerÃa importante, pertenecen al grupo de Louis Vuitton y Moet Chandon.
El otro dÃa me llegó al móvil el aviso de que habÃa un paquete para mà de Yves Rocher en Correos, no me imaginaba que podÃa ser, asà que fui a recogerlo y me llevé la sorpresa del siglo. Me mandaban el neceser y un vale para escoger el producto que yo quisiera del Libro Verde, el catálogo de Yves Rocher, fuera cual fuera el precio del producto que yo eligiese … tenÃa los ojos como platos. Se disculpaban por el error técnico que tuvieron y que algunos de vosotros también experimentasteis, y me compensaban por las molestias causadas.
Me quito el sombrero ante ustedes, señoras y señores de Yves Rocher. Hay poca gente que reconozca un error y asuma que tiene consecuencias para otros, pero lo más difÃcil es que asuman que hay que compensar al cliente porque al fin y al cabo es el perjudicado.
Bueno, con esta sensación de que todavÃa queda gente que sabe hacer las cosas bien me despido.
Hasta el siguiente …