Revista Ciencia

Red de redes

Por Biologiayantropologia
RED DE REDES. Publicado en Levante 25 de febrero de 2011
Los acontecimientos que se desarrollan en nuestros días en los países árabes, gobernados por sátrapas, serían inimaginables hace tan solo unas décadas. Especialmente los jóvenes, se comunican por las redes sociales –Facebook, Twitter y otras- y se convocan para remover los cimientos del poder.
Cada vez somos más conscientes de que la política es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos, las cuestiones sociales en los sindicatos y empresarios, la sanidad en los profesionales de la medicina, la justicia en los juristas, la investigación en los científicos o la enseñanza en los docentes, por poner algunos ejemplos. Es decir, lo que a todos nos afecta, es de todos, sin menoscabo de la profesionalidad de los que están en primera fila ejerciendo su trabajo. Precisamente porque la sociedad es cada vez más compleja e imbricada es por lo que es necesario ese continuo imput y outpout que pone en vanguardia contra los poderes fácticos, las inercias, los grupos de presión, los monopolios, los iluminados de turno, y no digamos los indocumentados. Todo está en continuo flujo e intercambio; en constante contraste, por lo que no se puede obviar la verdad, ni dejar impune la mentira o la manipulación amañada en la trastienda del poder.
Las redes sociales permiten algo que, por primera vez en la historia, se está poniendo de manifiesto: que pueda triunfar la verdad; o al menos, ser contrastada la mentira, para que no haya impunidad. Lo que deshace en añicos las telas y entretelas tejidas en las redes falsas de araña: el soplo de la verdad, al fresco viento de la libertad, desbarata en un instante lo que con tanta brega unos pocos tejieron en la siniestra oscuridad.
Como bien afirmaba un editorial de Levante-Emv, el pasado domingo 13 de febrero, con el clarividente título de “Poner puertas al campo”, la red está rompiendo los esquemas de la comunicación tal como la hemos entendido hasta ahora. La explicación a este fenómeno es doble: por una parte, la confianza de la fuente. No es lo mismo que lo escuche en una página oficial de una organización –sin que esto obste para que la fuente pueda ser fidedigna-, que me lo cuente mi amigo que me inspira confianza. De otra parte, la instantaneidad de la comunicación: la posibilidad de que la verdad se pueda abrir camino, incluso en contra de consignas y barreras que el poder pueda ofrecer.
En este sentido, me parece también muy interesante lo que está sucediendo con Wikileaks, por citar un caso paradigmático. Está en juego la libertad. Es cierto, que hay determinadas informaciones que pueden resultar sensibles, pero habría que deslindar para quién, pues la sensibilidad es algo subjetivo; pero la verdad, no. Vamos a una sociedad muy abierta, donde las decisiones importantes no pueden quedar al albur de unos pocos, por más que, incluso el pueblo, como sucede en una democracia, haya “delegado” en ellos la representatividad, que no la responsabilidad que corresponde al propio pueblo. No estamos acostumbrados a una democracia realmente participativa, ni siquiera en Occidente, pero la red facilita, de hecho, que vayamos hacia una sociedad con voz y acción, sin manipulación, con tal de que creamos en la verdad y desterremos el relativismo. Si no, todo nos dará igual y no habrá repugnancia ante la mentira ni adhesión a la verdad.

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