Los juegos tipo sandbox de Rockstar nunca habían llamado mi atención. En ocasiones he tenido la oportunidad de jugar unas horillas a algún GTA, e incluso al Red Dead Redemption; pero el hecho de que sean juegos tan largos, con mapeados tan enormes, y con toda esa libertad me provoca crisis de agorafobia con sofocos incluídos.
Pero eso era antes de que llegase a mis manos RDR: Undead Nightmare. Un título que me ha parecido perfecto para iniciarme en la materia sandboxeril con todas las de la ley.
Red dead Redemption: Undead Nightmare/Rockstar/PS3-Xbox360
La historia comienza en el hogar de la familia Marston con tormenta de fondo, en una ranchera escena costumbrista que se ve truncada por la zombificada aparición de Uncle. El tipejo en cuestión se lía a dar virulentos bocados a diestro y siniestro mientras John, el apuesto protagonista, corre a por su arma para proteger a los suyos. Pero cuando vuelve ya es demasiado tarde: su mujer y su hijo se han infectado.
Y ya está, con esto tenemos la motivación para salir a la aventura y luchar contra lo desconocido, que es encontrar la causa de esta plaga de no muertos y dar con una solución.
Desde el primer momento entramos en acción, cogemos nuestro caballo y nos vamos a pegar unos cuantos tiros a esos seres inmundos. El primer gran hito es conseguir una antorcha para unos momentos iniciales de falta de munición; pero tranquilos, que en un ratejo, tras saquear las ciudades salvadas y unos cuantos cadáveres frescos, nos sobrará y podremos hacer bailar con nuestros disparos a hordas enteras de ensangrentadas zombies en pololos con multitud de armas de fuego de la época.
Las misiones principales consisten en ir de ciudad en ciudad ayudando a los supervivientes a limpiar su territorio de zombies, que antes eran sus tíos segundos, sus madres, sus amantes, sus mascotas… dando lugar a desternillantes escenas de humor negro de lo más macabro y absurdo con reminiscencias de pelícuals de serie B y unos tintes bastante curiosos de crítica social. Y es que cada cual achaca la aparición de los no muertos a sus miedos infundados, supersticiones, religión, etc. Con la consecuente coña de Marston, que parte raudo y veloz hacia su siguiente objetivo.
Una vez salvadas, podremos viajar automáticamente entre distintas localizaciones.
También nos dedicaremos a purificar cementerios enfrentándonos a zombies recién salidos de la tumba acompañados por un jefe diferente en cada cementerio, que no es más que un no muerto un pelín más cabreado que el resto y con animación propia (por lo que me soplan por el pinganillo, son los jefes finales del RDR. Ah, pues muy bien, oiga).
Entre purificar, limpiar, hacer recados, recoger plantitas del desierto y buscar desaparecidos vamos cabalgando por un juego la mar de entretenido. Y, hablando de cabalgar, domaremos según nos los vayamos encontrando por el mapa, a los cuatro caballos del Apocalipsis (Guerra, Peste, Hambre y Muerte). Cada uno con características diferentes, que nos harán la partida un poco más variada. Amén de otras criaturas legendarias y típicas de las historias de terror como es el caso del Chupacabra1. Con ésto y los diferentes retos para conseguir logros varios, ya tenemos hecho el jueguecito.
En todo momento sabes que tienes que hacer gracias al Diario, que se va actualizando, sobre todo en las misiones principales. La única pega que le pongo al tema de los menús es que, si queremos conseguir el nivel máximo en todos los retos, nos pone lo que tenemos que hacer, pero no nos dice en cada uno cuánto hemos hecho. Por ejemplo, si hay que matar a 8 pumas y a 3 lobos con escopeta, la barra de reto se va llenando, pero no especifica qué nos queda por hacer. ¡Y yo cuando mato no voy contando por ahí!.
A nivel técnico es como Red Dead Redemption, con su jugabilidad y con sus gráficos y sus músicas adaptadas al contexto para dar un toque siniestro como los cielos verdosos, la niebla, la oscuridad imperante y sonidos guturales variados de fondo. En los momentos en que estemos purgando las ciudades el ambiente será de estilo nocturno para, una vez salvadas, pasar a un ambiente más calmado.
Personalmente, cuando empecé esta expansión tenía dos inquietudes: No había jugado al RDR original y creí que iba a tener la sensación contínua de que la mezcla de zombies más western iba a chirriar de lo lindo. Pero en realidad el conjunto del juego me parece muy sólido tanto por la temática como porque no me ha hecho falta pasarme el RDR para enterarme de los acontecimientos, la historia es independiente.
Sí, estoy segura de que si me lo hubiera pasado me sonarían los personajes y estaría más metida en el mundillo. Pero pienso que realmente no hace falta para disfrutarlo.
En definitiva Red Dead Redemption: Undead Nightmare me ha parecido un juego completo, con una muy buena ambientación, mucho humor y carisma. Más de coña que otra cosa. La única pega para algunos puede que sea la duración del modo historia, que es de unas 8 ó 10 horas; pero, una vez acabado siempre quedan cosillas por hacer que le alargan un poco más la experiencia.
Y, si seguís con sed de sangre putrefacta e infecta, tiene modo multijugador.
Puntuación: Imprescindible.