Ya está muy cerca la navidad, y por eso le rendimos homenaje con esta preciosa tarta y os prometemos que os vais a enamorar de ella, tanto en aspecto como en sabor.
Es una muy buena opción para sorprender a vuestros familiares y amigos en la comida de Navidad.Al igual que en la receta anterior os decíamos que podíais cambiar unos ingredientes por otros y variar cantidades... por favor, en esta receta no lo hagáis, o hacedlo con moderación ya que este tipo de postres necesitan una elaboración mucho más estricta para alcanzar el resultado que queremos.Un ingrediente curioso que veréis en la receta es el "buttermilk" o suero de leche. Fuera de Estados Unidos puede ser difícil de conseguir en los supermercados por lo que nosotros lo hacemos casero a partir de leche entera, más abajo os contamos cómo.Para dar ese característico color al bizcocho que identifica al Red Velvet utilizamos colorante rojo, preferiblemente líquido, pero curiosamente en los orígenes de esta receta, durante la primera mitad del siglo XX, dicho color se obtenía mediante una reacción química entre el suero de la leche y el cacao en polvo.
Ingredientes para el bizcocho:
- 2 1/2 tazas (275 g) harina tamizada
- 1 1/2 tazas (300 g) azúcar
- 1 taza (240 ml) buttermilk*
- 2 huevos grandes
- 1/2 taza (113 g) mantequilla sin sal
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 cucharadas (15 g) de cacao en polvo
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 2 cucharadas de colorante rojo líquido
- 1 cucharadita de vinagre blanco
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 taza (230 g) queso tipo Philadelphia a temperatura ambiente
- 1 taza (230 g) queso Mascarpone a temperatura ambiente
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1 taza (125 g) azúcar glas tamizada
- 1 1/2 tazas de nata para montar muy fría
Procedimiento para el bizcocho:
- Precalentamos el horno a 175º C (350º F). Engrasamos el molde o los moldes con mantequilla y enharinamos. Reservamos.
- En un recipiente tamizamos conjuntamente la harina, la sal y el cacao en polvo. Reservamos.
- En otro recipiente batimos con una batidora de varillas (preferiblemente eléctrica) la mantequilla durante unos minutos hasta que esté cremosa. Añadimos el azúcar y batimos hasta que la mezcla esté esponjosa (unos 5 minutos).
- Añadimos los huevos uno a uno, batiendo bien después de agregar cada uno. Echamos la vainilla y batimos hasta conseguir una mezcla homogénea. Reservamos.
- Mezclamos el buttermilk que hicimos anteriormente con el colorante rojo y removemos bien.
- Ahora mezclaremos progresivamente los ingredientes secos con los húmedos, con la ayuda de la batidora de varillas. Para ello, agregamos a la mezcla de huevo-mantequilla la harina y el buttermilk coloreado, alternándolos.
- En un cuenco pequeño combinamos el vinagre y el bicarbonato sódico, veremos como empieza a burbujear. Rápidamente agregamos a nuestra mezcla y removemos bien.
- Vertemos la mezcla en el molde y metemos al horno durante una media hora o algo más. Este tiempo dependerá de la superficie y altura del molde. Sabremos que está listo cuando introduciendo un palillo de madera o un cuchillo, éste salga completamente limpio.
- En un cuenco agregamos el queso tipo Philadelphia y el queso Mascarpone y los batimos hasta que estén suaves. Si no tenéis queso mascarpone se puede utilizar el doble de cantidad de Philadelphia.
- Seguidamente agregamos el azúcar y la vainilla, y continuamos batiendo.
- Una vez la mezcla está homogénea agregamos la nata muy fria y batimos con la batidora de varillas hasta que monte. Si queréis que la crema os quede más consistente le agregamos menos nata.
Por último, montamos la tarta como más nos guste, cortando en 2, 3 o 4 capas y rellenando con la crema. Esperamos que tenga éxito este delicioso red velvet.