Redes sociales, datos de salud y pacientes.
La posibilidad que nos brindan los elementos wearables de poder ir recopilando datos de variables de salud de los ciudadanos por parte de los propios ciudadanos abre una nueva vision de la historia clinica compartida. Esta nueva vision nos proporciona un nuevo horizonte en el que la historia clinica no solamente sea compartida por diferentes profesionales socio-sanitarios (medico, enfermera, matrona, fisioterapeuta, dentistas, trabajador social, auxiliar de enfermeria o administrativos) con diferentes niveles de acceso a la informacion clinica; ni siquiera a una historia clinica compartida en diferentes niveles asistenciales (atencion primaria, consultas externas de nivel secundario o nivel hospitalario). La nueva historia clinica compartida sera la historia compartida con el paciente/ciudadano. Se abre de nuevo, esta vez por medio de los avances tecnologicos de la comunicacion, la discusion de a quien pertenecen los datos existentes en la historia clinica (al profesional que los escribe, al paciente/ciudadano, al sistema sanitario, atados en diferentes medidas?) Una historia clinica en la que los datos podran estar a disposicion de los pacientes e incluso ellos mismos podran incorporar informacion sobre su estado de salud ya sea a traves de anotaciones subjetivas, cuestionarios diversos e incluso datos sobre variables de salud procedentes de wearables que se incorporaran de gorma inmediata, automatica y transparente para el usuario. Incluso se podran establecer sistemas de alarma que se pueden activar para el paciente, el sanitario o para ambos ante variaciones determinadas y fuera de los rangos establecidos. Uno de los mayores retos de esta revolucion de internet (que incluye los wearables, nube, desarrollo de apps, internet de las cosas) es hacer llegar la enorme cantidad de datos que son capaces de generar a los sistemas de gestion clinica de las diferentes organizaciones sanitarias. Hay voces en contra de esta corriente por diferentes motivos:
- Por un lado abrir la historia clinica al paciente podria suponer una perdida (?) de estatus o poder. El miedo a que los datos lleguen a los paciente y a enfrentarse a una segunda opinion o un nuevo diagnostico hace que algunos profesionales no sean partidarios de esta nuevas forma de compartir los datos clinicos. El miedo a repercusiones legales puede frenar tambien este hecho o incluso que el paciente pudiera tener acceso a datos subjetivos escritos por el sanitario o a datos que ofreciesen informacion sobre terceras personas.
- Miedo a que los sistemas existentes en la nube pudieran suponer un riesgo en la salvaguarda de la confidencialidad y seguridad de los datos en salud.