Para llevar un estilo de vida cada vez más acomodado muchas personas deciden incrementar su carga de trabajo más allá de los niveles que pueden resistir. El resultado de esta decisión es el aumento del estrés laboral, lo que genera numerosos problemas de salud. Si bien en algunos casos el trabajar una mayor cantidad de horas no depende únicamente del empleado, en muchos escenarios tenemos la posibilidad de tomar decisiones y balancear diferentes aspectos de nuestra vida para eliminar los inconvenientes de un estrés laboral demasiado alto.
Las personas que deseen evitar los problemas nerviosos del estrés laboral (que pueden manifestarse como manía o depresión, según cada caso) se recomienda buscar un equilibrio entre la vida social y la vida laboral. Es importante practicar deportes de manera semanal, elegir actividades de esparcimiento en contacto con amigos o conocidos y disfrutar de reuniones y comidas en familia.
Para no sufrir estrés laboral también es importante tener un buen descanso todas las noches (se recomienda un mínimo de 7 horas, aunque lo ideal es dormir entre 8 y 9 horas al día). Al tener suficientes horas de descanso todos los días comprobaremos que nuestra productividad aumenta de manera proporcional. La forma en la que nos relacionamos con nuestro propio trabajo también tiene un impacto en los niveles de estrés laboral que podemos llegar a desarrollar. Por esta razón se recomienda tener un entorno de trabajo limpio y ordenado (un escritorio libre de papeles, especialmente).
Aquellas personas que deseen minimizar el estrés laboral, además, deben comprometerse a buscar una motivación permanente para todas las actividades profesionales que llevan a cabo. En los procesos de motivación no solo es importante contar con motivos personales para llevar adelante una tarea, sino que también puede ser útil formar grupos de trabajo en los que la actitud positiva y la confianza sean contagiadas de forma bidireccional.