Fotograma de Living in Oblivion
"El talento para hacer películas requería más que creatividad. Dejando de lado la obvia barrera del factor económico, la mayor parte del esfuerzo se aplicaba en terrenos lejanos al oficio de narrar historias y pegar imágenes. Saber hacer películas implicaba también hacer política. Era necesario poseer un don de gentes especial, sonreír, así no se tuvieran ganas de hacerlo, acariciar egos ajenos y, no con poca frecuencia, el propio, ser paciente, muy paciente, sociable, seductor en dosis selectivas y una infinita lista de caracteristicas que yo no reunía. Camilo había conseguido suplir mis carencias y por eso ahora podíamos presumir de que habíamos cruzado de cierto modo una línea. Pero, al menos para mí, la sensación de que esa había sido una oportunidad sin secuelas se levantaba como una verdad irrebatible."
Nunca en Cines. Andrés Burgos. Pág. 165