Revista Psicología

Reflexión sobre el término "ESQUIZOFRENIA"

Por Blogsmtenerife
Las palabras tienen una importancia que casi nunca acertamos a medir. Las palabras definen de manera implacable. Las palabras pueden golpear, pueden marcar a fuego, pueden condicionarnos y pueden herirnos. No somos conscientes del poder de las palabras.
Otros colectivos mejor organizados y con mayor historia en cuanto al asocianismo  (colectivos que defienden que la transformación de la realidad se puede llevar a cabo a través de la participación social) ya empiezan a conseguir que los términos minusválido y/o discapacitado se vayan sustituyendo por el de "personas con diversidad funcional", teniendo en cuenta que la propuesta de este término nace en el 2005 y que no ha tenido grandes ayudas por parte del estado para divulgarla podemos decir que ha sido todo un éxito su implantación.
El término ESQUIZOFRENIA siempre me ha parecido grandilocuente y estigmatizante. Una losa más para el enfermo mental. ¿Qué término sería más correcto para definir la hoy llamada "esquizofrenia"?, ¿sería conveniente revisarlo?, ¿qué opinamos los profesionales al respecto?, y lo que es más importante ¿qué opinan los afectados?
 
Trascribo un post al respecto del amigo Lizardo Cruzado que no tiene desperdicio:
La esquizofrenia es una fea palabra, fea no sólo por el estigma inmenso que acarrea su mención sino además por la presencia de aquella chirriante sílaba fricativa: 'fffffrrrre', estremecedora como un redoble y salpicadora de saliva también. Pero sin bastar con esto, la esquizofrenia es una palabra fea porque es injusta en su etimología: acuñada por Bleuler hace más de un siglo a partir de las raíces griegas "schizo" (mente) y "phrein" (escisión), el célebre psiquiatra suizo no pretendió aludir jamás literalmente a una 'doble personalidad' como el común del público cree que el vocablo esquizofrenia significa; sino que en su análisis profundo de los síntomas, Bleuler creyó hallar una situación patológica compleja que pretendió describir con su metáfora, nada más.
Desde un inicio varios autores manifestaron su descontento con el término bleuleriano (el mismo Freud, el gran Jaspers, Kurt Schneider, Henri Ey, entre otros). Adicionalmente, y lo que es más importante, la supuesta escisión de las funcionales mentales propuesta por Bleuler como subyacente a los síntomas para él principales (los ahora llamados síntomas negativos de la esquizofrenia) no es tal. El concepto de escisión ya no es usado dentro de la comprensión psicopatológica de la esquizofrenia y otros síntomas son los que adquieren trascendencia diagnóstica y pronóstica (los síntomas positivos en el primer caso, los cognitivos en el segundo) ¿Por qué seguir entonces con tal palabreja por semejantes razones fea e inexacta?
En el Japón un movimiento iniciado en la década de 1990 por los familiares de los pacientes con esquizofrenia condujo a que en el año 2002 la Sociedad Japonesa de Psiquiatría y Neurología, luego de prolongado estudio y debate, aprobase la modificación del antiguo y tradicional nombre. Hay que tener en cuenta que en el idioma japonés, por ser ideográfico (esto es en el lenguaje escrito se observan representadas gráficamente los conceptos), se evidencia claramente lo que representa cada palabra. Si bien en idiomas como el castellano, de no conocer las raíces griegas uno normalmente no evoca la "mente escindida", en el japonés es inevitable apreciar semejante significado:
Semejante término ('Seishin Bunretsu Byo' o 'enfermedad de la mente dividida') evocaba entre los japoneses la espantosa imagen del caos mental y del deterioro inevitable. Ahora en cambio se emplea la expresión 'Togo Shitcho Sho' (Trastorno de la integración):
Se ha reportado que desde el cambio producido se ha mejorado la capacidad de proporcionar el diagnóstico al paciente y su familia por parte de los médicos y además se ha verificado, en mediciones efectuadas con cuidado máximo del sesgo de deseabilidad, efectivamente aminoramiento del prejuicio condenatorio hacia dicha enfermedad.Lo que en un inicio parecía inabordable, de naturaleza superficial y cosmética, una veleidad sin trascendencia, es hoy hecho consistente y plasmado en la nosología japonesa. Acompañado del cambio de nombre obviamente fue menester una intensa campaña educativa al respecto. Pero se tiene que empezar por algo. En algunos lugares de Europa también hay movimientos similares. A ver por acá quién más se anima. 
Ya en el 2006 se proponía el uso del término "Síndrome dopaminérgico" para sustituir el de Esquizofrenia, ¿por cual apuestas tú?
Publicado por César M. Estévez

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