El artículo Reflexiones del canal de YouTube y objetivos 2019 es propiedad de Carmelo Beltrán.
El año 2018 ha llegado a su fin y con ello se ha puesto el colofón a un intervalo muy interesante en el canal de YouTube. Este se cierra con más de once mil suscriptores, que son seis mil más que en las mismas fechas del año anterior y con la certeza de saber cómo quiero enfocarlo de cara a 2019. ¿Te apetece tomarte una taza de café conmigo y comentar cómo tiene que desarrollarse este proyecto en el futuro?
Una mirada a 2019: objetivos y reflexiones sobre el canal de YouTube
El año 2018 ha estado repleto de altibajos en lo personal. Ya te lo he adelantado en los vídeos previos a este, pero ha llegado, por fin, la hora de que hablemos largo y tendido sobre cómo me he sentido al timón de este proyecto.
Como siempre hago, me encanta repartir este tipo de contenidos en diferentes puntos. Así que he seleccionado cinco —el número mágico— para poder abarcar las reflexiones más importantes que deja el año 2018 y que no nos tiremos en este lugar hasta mañana por la mañana.
De esta manera, las cinco reflexiones sobre el canal de YouTube que quiero compartir contigo son:
- Soy humano y no puedo luchar contra las emociones.
- No quiero elegir más vídeos rápidos por cumplir con mis mínimos.
- Las secciones mensuales y semanales se han convertido en un eje.
- Hay que potenciar el factor personal.
- Por fin los números no importan.
¿Te apetece acompañarme para desarrollarlas?
Soy humano y no puedo luchar contra las emociones
Aunque lo he dejado caer en diferentes vídeos de esta serie de contenidos navideños, esta es una realidad que me tiene que quedar muy clara en la mente. Soy humano, no puedo con todo y, desde luego, no quiero luchar contra mis emociones o reprimirlas con el trabajo —en lo que englobo este proyecto que cada día es un poquito más grande—.
El año 2018 ha sido duro en lo personal. Por lo menos durante su primera parte. He tenido que enfrentarme a muchos problemas a nivel familiar. Fantasmas del pasado que creía olvidados han vuelto a aparecer. Realidades que parecían para siempre se borraron de un día para otro y, cuando quise darme cuenta, estaba utilizando el canal como un foco para reprimir todas las emociones negativas que necesitaba sacar y me negaba a ello. Trabajando me decía que estaba bien y esa mentira era demasiado grande para que pudiera mantenerse de cualquier forma.
¿Qué sucedió con todo esto? Pues que cuando intentas acabar con un fantasma, muchas veces aparecen otros. Como os comenté en el directo de Tenemos que hablar relativo a la ansiedad tras YouTube, yo, durante unos cuantos años atrás, padecí problemas alimenticios.
No es un drama y en ese espacio os pongo en detalles. Pero, por si no queréis conocerlo muy a fondo, la manera resumida y superficial de verlo es que una serie de condicionantes a nivel familiar me hicieron sentir que no era suficiente y, ante una baja de autoestima a la que no pude hacer frente cuando se mezclaron con una enfermedad a nivel físico, acabaron condicionando con este mal del siglo XXI —y del que se puede salir, y esto quiero recalcarlo—.
Por ello, cuando todo volvió a teñirse de tinieblas, una de mis obsesiones se convirtió en no caer de nuevo en esa oscuridad. Así que, para evitarlo, acabé condicionándome con otros aspectos que, a la postre, fueron mucho peores y que cuando ahora miro hacia atrás me pregunto por qué no fui capaz de pedir ayuda, me refugié en proyectos y me empeñaba en decir que estaba bien a todo el mundo.
Solo hubo una persona con la que me abrí desde el primer momento. No la conocía de nada y las charlas que tuvimos fueron lo más naturales que pude haber esperado. Hy en día se ha convertido en una de las personas más importantes de cada día, así que no puedo estar más agradecido de que una broma sin sentido consiguiera que habláramos por primera vez. Seguramente sin ella, hoy todavía seguiría dando tumbos.
De esta manera, la reflexión final de este espacio es que a veces hay que parar. Que si en 2019 en algún momento lo necesito, lo haré. Este estuve a punto y finalmente no lo conseguí. Y cuando ahora lo pienso me doy cuenta de que habría sido lo mejor.
Como siempre digo, no se puede cambiar el pasado, pero es muy fácil aprender para el futuro.
No quiero preparar más vídeos rápidos para cumplir con unos mínimos
Esta es una realidad que me ha acechado a consecuencia de lo anterior y que en 2019 tiene que ponerse el punto y final. Bueno, la verdad es que durante los últimos meses de 2018 ya le estoy poniendo coto.
Y es que, con la necesidad de crear una cantidad de contenido determinada a la semana, ha habido veces que me he descubierto preparando un contenido menos elaborado de con lo que yo me siento cómodo, simplemente por rellenar.
La verdad es que es una tontería, porque hubiera tenido perfectamente el tiempo necesario para trabajar en algo más apropiado. Sin embargo, ya fuera por ansiedad o por cualquier otra razón, me acababa conformando con lo fácil, en lugar de con lo que yo quería.
Por suerte, me he dado cuenta a tiempo. Muchos de los vídeos que se han grabado así han sido de vuestro agrado y es que soy plenamente consciente de que hay momentos en los que el contenido profundo agota y que es mejor algo más superficial. Pero, incluso estos pueden llevar muchísimo trabajo detrás y no ser un mero contenido que yo considero como desechable para quitármelo de en medio.
En este mismo sentido quiero señalar las extrañas prisas que en demasiadas ocasiones me han acechado a la hora de preparar el contenido para subirse. Siempre me trabajo un post como este y hubo un par de meses donde, a veces, por mera pereza, decidía no subirlo o colocaba todo lo relacionado con el posicionamiento del canal o el blog con menos cuidado. ¡Si me lo trabajo debería sacarle partido!
Así que si una verdad es clara es que en 2018 pienso sacar a relucir todo el trabajo que hay detrás de este proyecto.
Las secciones mensuales y semanales se han convertido en un eje
Si has seguido la actualidad y el desarrollo de este canal con más o menos atención, te habrás dado cuenta de que de un tiempo a esta parte s¡e han instaurado una serie de secciones que aparecen de manera mensual y semanal. Estas son:
- Taberna Literaria
- Cafetería
- BooksOnAir
Las dos primeras citadas cada treinta días —siempre que sea posible— y la última aparece cada siete. Además, todas ellas tienen también su reflejo en formato de podcast, por si te es más cómodo llevarlo en los oídos y no tener que pegarte a una pantalla de ordenador durante, más o menos, una hora.
Me siento muy contento con esta realidad. Primero porque me han ayudado a meterme en el mundo del podcasting, que era algo que llevaba sobrevolando mi mente desde hacía ya un par de años y que, de la mano de 30 teclas por hora, están marcando el camino para futuras realidades.
De esta manera, la reflexión que me gustaría extraer de este punto es que en 2019 quiero potenciar estos tres formatos, darles cada vez más peso a nivel YouTube y podcast. Aquellos que crezcan más, independizarlos con el desarrollo de una página y, ante todo, que siga teniendo tanta presencia vuestra como hasta este momento.
Eso sí, para cumplirse esto, no debería de sumarme a ningún proyecto más de este estilo. Y es que, aunque no lo parezca, son realmente exigentes y cuestan mucho de sacar adelante. Por tanto, 2019 tiene que ser un año vacío en esa realidad y de dedicación a hacer lo mejor posible lo ya existente.
Y es que, se vienen nuevos proyectos, pero no tan relacionados, de manera directa, con la literatura.
Hay que potenciar el factor personal
Desde el primer momento, este canal ha tenido en la mayor parte de sus apartados un fuerte componente personal. Es una realidad. Las reseñas, sin ir más lejos, se creaban, normalmente, con una carga emocional poderosa y que permitían observar la novela desde un punto de vista subjetivo y cargado de emociones. Si bien no quiero que esto vuelva a ser semejante, sí que pretendo que tenga importancia de nuevo.
Y es que, como consecuencia de convertir en más profundos los contenidos del canal, la realidad es que se ha dejado de lado en gran medida este factor personal. Las novelas se analizan desde puntos de vista más objetivos —siempre manteniendo mi mirada, por supuesto— y, quizás, ese enfoque más anímico se ha perdido en parte. En 2019 tengo que ponerle remedio.
De esta manera, si bien no quiero volver a empapar cada sección de ese aliento personal —aunque sí que deseo que quede patente en cómo me aproximo a ella y de qué manera me hace sentir—, el verdadero objetivo radica en ser capaz de crear nuevas secciones donde esta mirada tenga sentido. Por ejemplo, durante el último mes se ha estrenado De lector a lector, que volverá a tener presencia a lo largo de enero.
Me gustaría que me comentarais cómo veis vosotros este tipo de contenido y de qué forma os aproximáis a él. Así puedo estar un poco menos perdido y me sirve para guiar el timón en una dirección u otra. De todos modos, el feedback del primer episodio de esta nueva sección es tremendamente maravilloso, así que me hago a una idea de que, por lo menos de primeras, os gusta este enfoque.
Por fin los números no me importan
Puede parecerte una tontería, pero estoy encantado con esta realidad. Seguramente, se trata de lo mejor que le ha podido pasar a este proyecto en 2018. Los números hoy en día me dan completamente igual. Es decir, apenas presto atención ninguna al número de suscriptores, las visitas me pueden orientar, pero no marcan una diferencia y estoy disfrutando durante los últimos meses una barbaridad porque estoy haciendo lo que quiero sin preocuparme de más factores.
Quienes tengáis un proyecto sabréis esa sensación de comprobación constante que existe con las cifras. Número de visitas, si es en YouTube suscriptores, ventas si se trata de una realidad relacionada con la venta… Es decir, un montón de información que más que ayudar nos acaba mareando a la hora de poder hacer las cosas como creemos que se realizarán bien. De tal manera que al tener la cabeza más encima de los números que en el proyecto en sí, acabamos por condicionados de tal forma que nos desapegamos, olvidamos las razones que nos llevaron a iniciarlo y todo se vuelve mucho más nebuloso.
Por suerte, hoy en día puedo afirmar con rotundidad que he podido pasar de esta etapa. No me preocupan los números de las reseñas y leo lo que quiero, los proyectos más ambiciosos que estoy realizando y que se dan pie en este canal viven ahora mismo más de corazonadas que de una realidad numérica.
Creo que es la mejor manera con la que puedo encarar el canal de cara a 2019. Veremos qué tal se observan los resultados por este camino. Supongo que en estas mismas fechas, pero el año que viene, lo comprobaremos.
Objetivos de cara a 2019
Una vez que hemos navegado por las reflexiones más importantes del 2018, es el momento de mirar al futuro. Después de todo, acaba de iniciarse el año y es momento de tratar de atender a los objetivos que me planteo de cara a esta nueva etapa. Y es que, por lo menos yo, funciono mucho mejor si me propongo unas metas. Todo se vuelve más tangible y real.
Por tanto, los cinco objetivos que me planteo de cara a 2019 son
- Mantener el ritmo de publicación de este 2018.
- Potenciar los directos —sobre todo en Tenemos que hablar—.
- Preparar dos meses temáticos.
- Añadir nuevos formatos en exteriores con matices de Vlog.
Aumentar el contenido relacionado con los clásicos en la literatura.
¿Los analizamos uno a uno?
Mantener el ritmo de publicación de este 2018
Una cosa es que los números ya no sean importantes y otra muy distinta que no me preocupe el trabajo bien hecho. Por tanto, si quiero perder de vista las cifras, resulta fundamental que me centre en realizar correctamente aquello que me propongo.
Por tanto, uno de los objetivos para este 2019 es el de mantener las tres publicaciones semanales —con posibilidad de sumar un BooksOnAir y un Tenemos que hablar—, con la premisa de que la calidad va a contar con un nivel de calidad con el que me sienta a gusto trabajando.
Creo que este se va a poder cumplir. Sobre todo cuando finalice el máster que hoy en día me roba tanto tiempo.
Potenciar los directos
BooksOnAir no tengo duda de que continuará, salvo catástrofe, con la naturalidad que lo ha hecho hasta ahora. Después de todo, a día de hoy cuenta con diecinueve capítulos y cada vez que lo pienso me da vértigo. Son una barbaridad y un compromiso muy grande a nivel semanal.
Sin embargo, el que de verdad me gustaría potenciar es Tenemos que hablar. Empezó con fuerza y os gustó mucho, pero luego la vida ha ido dando bandazos y ha sido complicado sentarme los domingos a la hora prevista delante de la cámara. Después de todo, quienes estéis un poquito a vizor sabréis que tengo una relación a distancia que implica que viaje en muchas ocasiones y la verdad es que cuando estoy en Madrid en muchas ocasiones los domingos acabo saliendo a darme una vuelta antes de sentarme e ncasa delante de la pantalla.
No obstante, cuando escribo estas líneas ha transcurrido un mes desde el último Tenemos que hablar. Y eso sí que no puede ser. De esta manera, una de las metas e es encontrar la forma de darle fuerza a este formato de los domingos en directo. Quiero cumplir al menos dos veces al mes —más si puedo—.
Preparar otros meses temáticos
En el año 2018 se han preparado dos meses temáticos —sin contar la ya consagrada en mi calendario #SemanaAutopublicados—. En concreto, se ha tratado de #FantasyMarch y de #LaVueltaAlColeLiteraria. Por ende, durante 2019 quiero, al menos que haya otros dos meses que se repitan y que me permitan bucear y disfrutar de uan temática tanto como estos.
En este sentido, para el próximo mes de febrero estoy trabajando en el #BlackFebruary. Veintiocho días dedicados en exclusiva a la temática de la novela negra, policíaca y detectivesca. Un género que a mí me ha encantado desde qeu tengo memoria y que me encantará poder potenciar en el canal.
De la misma manera, para la segunda mitad del año —y probablemenete en septiembre—, prepare otro, pero todavía no lo he delimitado. Sin embargo, en mi mente se empieza a dibujar con fuerza algo relacionado con la literatura infantil. De todas maneras, todavía tiene que concretarse y no me gustaría adelantar nada en particular.
Añadir nuevos formatos exteriores en forma de Vlog
Esta es una pequeña obsesión que ronda mi mente y que quiero hilar con la idea de un contenido de carácter más personal —aunque siempre unido al terreno literario, por supuesto—.
El caso es que a veces se me hace demasiado monótono una grabación constante dentro de casa. Así, quiero variar, salir a exterior, poder hablaros sobre temas literarios fuera de estas paredes y aprovechar escenarios diferentes para crear un contenido más único.
Se trata de una manera de crear contenido en YouTube que se suele llevar de la mano en otras temáticas, pero que no he tenido la posibilidad de encontrar en el mundo literario. Por ende, me encantaría poder traerlo a esta comunidad.
Aumentar el contenido relacionado con los clásicos literarios
Este objetivo llega de la mano de la meta que os comenté como lector en un vídeo hace unos cuantos días. Durante 2019 me apetece leer muchos más clásicos y, evidentemente, esto debe de tener algún tipo de repercusión en el canal. Si al final se trata de un reflejo de aquello que leo, la causalidad es clara.
No tiene mucho más. Es una meta clara que espero que se cumpla. Lo único es que sus efectos se verán a medio/largo plazo, pues todavía hay reseñas previas que se tienen que publicar.
Hasta aquí este artículo sobre reflexiones sobre el canal y objetivos de cara a 2019. Me gustaría aprovechar para pedirte que me cuentes qué es lo que más te gusta de este proyecto, qué echas en falta y qué te gustaría que apareciera con mayor asiduidad. Solo si me lo cuentas voy a tener la posibilidad.
Muchas gracias por compartir 2018 conmigo.
El artículo Reflexiones del canal de YouTube y objetivos 2019 es propiedad de Carmelo Beltrán.