21/06/2012 10:08:17
Prefiero —o ya me había acostumbrado—a sus extensos pero siempre argumentados artículos. Me refiero a las oportunas y contextualizadas Reflexiones de Fidel publicadas originalmente en el sitio digital Cubadebate, reproducidos en el periódico Granma e invariablemente comentados por las agencias y medios de prensa internacionales.
Algunas las tengo archivadas, llenas de subrayados y anotaciones al margen por la cantidad de información y fuentes contrastadas que el articulista emplea con la clara intención de persuadir.
Las aparecidas últimamente resultan más fáciles de leer —incluso de republicar en los blogs— dada su brevedad. Pero tengo que adaptarme. En realidad algunas me parecen... (¿Cómo decirlo sin que me malinterpreten?) «flashazos», o «twitazos», como se ha dado en llamar ahora a esa manera sintética, rápida e impactante de expresar las ideas.
Fabuloso el nivel de síntesis que —invariable y de inmediato— despierta la curiosidad y obliga al lector a ampliar el contenido, sea a través de las llamadas fuentes documentales (libros, revistas, periódicos, internet, etc.) o técnicas (especialistas, expertos, etc.).
Varios conocidos (vecinos, compañeros de mis hijos, incluso colegas periodistas) me han preguntado si yo las entiendo, lo cual me ha obligado a un rastreo memorístico inmediato, del mismo modo que acudo a Google u otro buscador para localizar, digamos, un nombre, un término una palabra clave, «caliente».
Bueno, otro estilo. Es Fidel. El sabrá lo que hace, y siempre ha demostrado saber lo que hace. De lo contrario no estuviera donde está ni fuera quien es. De una manera o de otra estamos convocados a asumir formas de expresión acorde a las «siempre crecientes necesidades» tecnológicas, hegemonizadas y demonizadas por los llamados gurús de la información y la comunicación, invariablemente apellidados Internet-Redes Sociales.
Decía Baltasar Gracián y Morales, escritor español del Siglo de Oro que «el estilo es el hombre», y le asistía toda la razón. Pues al final, las academias norman y la vida dicta.
Cultivador de la prosa didáctica y filosófica, Gracián forjó él mismo un estilo construido a partir de sentencias breves, muy personal, denso, concentrado y polisémico, en el que domina el juego de palabras y las asociaciones ingeniosas entre estas y las ideas. Una forma ingeniosa de expresión, breve, concisamente, con las palabras justas.
No digo que me guste o me disguste, pero funciona. Y en el caso de Fidel así lo veo. Es otra manera de enseñar, de inducir a los lectores, de remitir a otro contexto o momento, de poner a pensar a amigos y enemigos.
En materia de estilos, me afilio a Gracián. No siempre hay que decir el santo y la seña; aunque del santo ya no se hable, vale la seña; lo implícito y lo explícito, la línea y la interlínea. Cada cual sabrá lo que lee y cómo lee.
Por mi parte, y en la medida de mis posibilidades de tiempo y conexión, intentaré comentarles sobre el tema que Fidel aborde en sus Reflexiones, siempre que me asista el conocimiento, lo adquiera por diversas fuentes, haya vivido la experiencia o me sienta motivada personal y profesionalmente. Como ya acabo de hacer en este weblog.
Y el que me lea, si lo desea, que deje su comentario. Y por favor, sea cortés, desprejuiciado, ético, y decente. Muchas gracias. Mercedes.
Aquí les dejo el enlace a las últimas Reflexiones de Fidel publicadas en Cubadebate.
- El universo y su expansión
- Lo inimaginable
- La alimentación y el empleo sano
- Nicolás Guillén
- Deng Xiaoping
- Alberto Juantorena
- Teófilo Stevenson
- Conductas que no se olvidan
- Un esclarecimiento honesto
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