Tengo casi a punto un post, que lleva como título "esta soy yo", pero que nunca acabo, que nunca publico...
Tras la
La blogosfera se ha convertido en mi refugio y en mi motivación, ¿por qué negarlo? Tímida aún, voy adentrándome prudentemente, leyendo ávidamente textos más profundos de lo que jamás hubiera soñado....
Por concretar un poco, más por vicio que por necesidad, por desahogo, por sentirme más liviana con la pesada levedad de mi ser, confieso que mi vida es dura, pero fantástica. La libertad conlleva un gran peso que cargo feliz con todas sus consecuencias. Porque yo lo valgo, eso me digo todos los días. Cuido a tres personitas, tan diferentes entre ellas, una madre enferma, una hija pletórica y una perrita fiel, fielísma. Todas dependen de mí para su felicidad. Una carga que para mi no es tal, por que la asumo con toda la felicidad del mundo.... Me hace crecer en todos los aspectos de mi persona, de lo cual estoy infinitamente agradecida.
El vértigo del futuro es cada vez más liviano, y descubrir que en mi recién estrenado rincón de la felicidad virtual se forjan amistades más allá de la apariencia me motiva sobremanera.
No pretendo acaparar miradas de caridad, sino de cariño, interés, o qué se yo,...
Sólo quiero transmitir que un pequeño deseo, de manera pura e inocente, ventana a un mundo tan tangible, me ha ayudado a recuperar la esperanza, a creer, a ser mucho más, si cabe, positiva y feliz, me siento parte de algo bonito y grande, y aunque sea el último pez del estanque, creo y deseo que todo es posible. El remate de sentimentalismo sabadeño ha sido este post en el que mis esperanzas se tornaban sólidas y realistas.
Voy a creer que este 2.0 es posible, pleno y amoroso, que mi ventana me depara aire fresco, y que un día formaré parte de un núcleo de personas que me aprecien por lo que auténticamente soy, sin retoques.
Gracias. Gracias por ser una luz en el camino, por ser una fuente de esperanza, por abrir un mundo antes mis ojos, por alimentar mi esperanza.
Voy a publicar estas líneas sin releer, sin corregir, sin pensar, por que es una reflexión surgida del corazón en busca de un poco de ternura, por que los corazones duros necesitamos también, a veces un poquito de amor.
Mamá A.