Esta entrada es un extracto del artículo publicado en la Revista Matemática "Pi" del IES Alfonso XI de Alcalá la Real.
"Cuentan que, a Euclides en una de sus clases, un alumno le preguntó para qué podrían servir todas aquellas elucubraciones intrincadas que estaba escribiendo. Euclides inmediatamente ordenó a uno de sus servidores allí presentes que le diera una moneda a aquel alumno insensato y que se fuera de su clase. “Lo que éste busca no es saber, es otra cosa”, dijo Euclides sabiamente.
Año tras año, nuestros alumnos nos preguntan, entre otras cosas
¿Para qué sirven las matemáticas? ¿Cómo pueden ser bonitas las matemáticas?
Nosotros, los profesor@s luchamos por mostrarle de la mejor manera posible unos conocimientos que muchos de nuestros alumnos terminan por odiar, y no encuentran en ellos nada más que dificultades y malos ratos. ¿Dónde está ahí la belleza? ¿Para qué me sirve todo esto?, piensan muchos de ellos. Y al final, todo se reduce a intentar conseguir el aprobado.
La belleza de las matemáticas es algo totalmente subjetivo, está en ella misma, en un razonamiento, en su exactitud, en su abstracción, en el esfuerzo que conlleva la realización de un problema, en la intuición, en la perseverancia, en su magia, en su lógica, en la imaginación.
Por ejemplo, dos ajedrecistas pueden jugar durante horas una partida de ajedrez y para mucha gente, esto se sale por completo de toda lógica, y no entienden cómo algo así puede ser divertido e incluso interesante para ellos.
Con las matemáticas pasa igual, el encontrar su belleza como en otras tantas cosas de esta vida, depende de uno mismo, de usar “las gafas” adecuadas para ello, de tener la paciencia suficiente de sentarte y pensar, de hacer matemáticas y de disfrutar de ellas a pesar del esfuerzo que pueda suponer entenderlas.
Esto choca por completo con el estado actual de nuestra sociedad, dónde la paciencia ha dejado de ser una virtud valorada, dónde todo debe ser instantáneo, dónde sólo memorizamos y no comprendemos, dónde pasamos de largo perdiéndonos muchas cosas importantes, dónde todo necesita tener una aplicación inmediata para darle ese matiz de interesante y atractivo.
Las matemáticas están en todas partes, y se usan para muchas más cosas de las que te imaginas. Solamente hay que mirar con los ojos adecuados y tener el bagaje matemático suficiente para encontrar en ellas la belleza y la aplicación que esconden".