De tan efímero que fue su paso por la escena más caliente del prog-rock, su historia se hunde en el olvido y su escueta obra discográfica yace perdida por ahí, a la caza de oídos finos y mentes amplias.
Nunca podrá argumentarse, empero, que fueron anónimos o desconocidos. Al contrario, eran famosos, con inmejorables antecedentes los unos y con un promisorio futuro el otro. Mas si algún rasgo determinante ha de atribuirse al trío Refugee es que su corta vida terminó segando la carrera de sus miembros más conocidos y construyendo la del más novato.
Recuerda este último, el tecladista Patrick Moraz, que a fines de los ’60 fue protagonista en Suiza de una informal y curiosa jam session junto a un terceto inglés que por entonces disfrutaba de su apogeo: The Nice. Era la época en que Moraz venía cocinando en Londres su propio proyecto Mainhorse y nunca venía mal la audición de potenciales candidatos para engrosar las filas de su banda. Fue como tras una zapada a dos pianos entre Moraz y Keith Emerson, el bajista y cantante Lee Jackson abordó al suizo con vistas a una posible asociación profesional... mas como lo probaría el tiempo todo quedó en un intercambio de números telefónicos.
Tuvo suerte don Jackson, sin embargo, de que el suizo no se mudara de casa en casi 5 años, porque a fines de 1973 este recibió un llamado desde Londres: "Patrick, ¿te acordás de mí?". Tuvo suerte también Jackson de que Moraz recordara al detalle esa zapada backstage con The Nice.Oscuras sombras se habían cernido sobre las carreras de Lee Jackson y el virtuoso Brian "Blinky" Davison tras la ruptura de The Nice. El primero lideraba la Jackson Heights, banda por la que supo transitar otro paladín de los tambores, el muy crimsoniano Michael Giles, y que a la fecha de su disolución en el ’73 acumulaba la discreta cantidad de cuatro álbumes. Sin embargo, el alcance popular de la Jackson Heights colgaba a años luz de los brillos de The Nice. Por su parte, a Blinky no le iba mejor, particularmente porque el único álbum de su banda post-Nice, "Brian Davison’s Every Which Way" editado en 1972, permanecía dormido en las bateas a pesar de su excelente propuesta sonora.
Vale añadir que Mainhorse era ya también historia antigua cuando el timbrazo del teléfono sacudió a Moraz de su letargo vacacional, por lo que si alguien comienza a vislumbrar el nacimiento de un nuevo grupo capaz de enlazar estos tres eslabones sueltos, entonces habrá acertado con el curso de los acontecimientos. "Get your ass over here, man!", graznó Jackson desde Londres con su típica voz, "mezcla perturbadora de un Phil Collins sumamente ronco, Popeye y el Jardinero Willie de los Simpson"... y el suizo armó las valijas y se tomó el primer avión a Heathrow.
"Así empezamos, -confiesa Moraz en su sitio web-. Yo dormía en el suelo de su casa (la de Jackson) y alquilamos un par de instrumentos: un órgano Hammond y un piano eléctrico. Y boom! Empezamos a ensayar en una pequeña sala en el medio de la nada en Basewater. Ensayamos durante semanas; yo escribía la música, Lee las letras y hacíamos los arreglos juntos."
Tres meses después de arduos ensayos junto a Brian Davison, el trío audicionó para Charisma Records, la que "reconoció que tenía una futura gran banda en sus manos, así que no les costó mucho decidirse e inmediatamente nos hicieron firmar un contrato. Y fuimos creciendo y mejorando: más instrumentos, algunos mini-Moogs, mayor espacio para ensayar, un par de roadies, un vehículo... en fin."El álbum debut, "Refugee" (cuyo review se impone para el próximo post) fue grabado en los Island Studios de Londres en febrero de 1974 y lanzado a la venta al mes siguiente. Para aquellos que vaticinaban una reedición de la genial onda Nice, el disco resultó un suculento tortazo en la cara porque Moraz había encarado la empresa con su sello personal, muy diferente al de Keith Emerson, tanto que hasta les prodigaba a Jackson-Davison un sonido distinto.
Refugee era definitivamente otro cantar de brillo propio y su álbum no sólo fue aclamado por la crítica en general, sino también les abrió la puerta para un puñado de shows que la banda organizó por el Reino Unido.
También ese álbum debut comenzaba a despegar la talla profesional de Patrick Moraz de la de los tecladistas del montón para ubicarla al lado de los más candentes del rock inglés y adicionar su nombre a la corta lista que integraban Keith Emerson, Rick Wakeman, Tony Banks, Jon Lord y posiblemente el entonces muy joven Eddie Jobson. Sin quererlo, este detalle plantaría la semilla de la propia destrucción del trío de "refugiados".
Porque cuando el mago Rick Wakeman se alejó de Yes, escéptico tras la edición y la gira del sofisticado "Tales From Topographic Oceans", el vacío a llenar era del tamaño del cráter de Arizona y los candidatos posibles se contaban con los dedos de media mano. Uno de los nombres barajados por Yes era el griego Vangelis, pero entre visa y permiso de trabajo en franco desorden, el próximo llamado de Anderson & Co. hizo sonar nuevamente el teléfono de Moraz, a la sazón otro extranjero trabajando en suelo inglés, pero con sus papeles en riguroso orden.
Sin duda -y para variar- los que hubieron de contentarse con la vara más corta fueron Jackson-Davison, que recibieron la noticia de la desvinculación de Moraz rumbo a Yes en agosto del ’74 y comprendieron que ese conversado segundo álbum de Refugee habría de quedar resonando en los oídos del recuerdo.Mas una faceta particular deben haber tenido los buenos de Lee y Brian, por cuanto fueron la espina que habría de quedarles incrustada a Keith Emerson y Patrick Moraz desde entonces y hasta hoy. Podrá el dúo rítmico haber desgranado su amarga decepción con los tecladistas de renombre que siempre los dejaron en banda, pero es bien cierto que tanto Keith como Patrick guardan respectivamente el mejor de los recuerdos de sus tiempos con The Nice y Refugee junto a ellos y a ninguno de los dos les salió el "me voy" así de fácil.
Cuando The Nice se reunió brevemente en 2002, muchos abrigaron las esperanzas de que lo propio ocurriera con Refugee. Sin embargo, las circunstancias propicias no aparecieron en tiempo y forma, y definitivamente la producción del trío habría permanecido congelada en su álbum epónimo si poco antes de su muerte, en abril de 2008, Brian Davison no hubiera descubierto las cintas en buen estado de un show de Refugee en el Newcastle City Hall inglés.
El material fue remasterizado y así ese postergado segundo álbum de Refugee, aunque no en la forma originalmente concebida, vio la luz en marzo del 2007: "Live in Concert - Newcastle City Hall 1974". "Fue un gran hallazgo y una hermosa sorpresa para Lee y para mí, -expresaba Moraz-. Y todo gracias a Brian, un alma gentil y un excepcional ser humano, lleno de vida, con un gran sentido del humor y siempre con una palabra agradable para todo el mundo".Menos de un año en la cresta de la ola no logra dar cuenta de la verdadera dimensión que midió este trío. Tiempo de vida demasiado corto y presentaciones en público demasiado escasas para construir la sólida imagen de un grupo que no traía de antemano el peso de otro protagonista de una historia similar, Blind Faith, condenarán a Refugee al subsuelo del viejo rock progresivo.
Agradezcamos en definitiva a las recientes ediciones en CD de sus dos discos, que ahora nos permiten bajar la escalera para visitar su pequeño pero colorido universo.